Opinión

Los temperamentos

Los temperamentos

El temperamento es la disposición innata que nos induce a reaccionar de forma particular a los estímulos ambientales, determinada genéticamente. El término proviene del latín temperamentum que significa medida. Es la manera natural con que un ser humano interactúa con el entorno.

Según Hipócrates, de la antigua Grecia, existen 4 tipos de temperamentos en los cuales encajan todas las personas. Estos son: colérico, sanguíneo, flemático y melancólico. Somos una combinación de ellos, aunque siempre habrá uno dominante. Ninguno de ellos es superior a otro y si coinciden en algún comportamiento esto será por diferentes razones y objetivos en cada caso.

 Los coléricos son emprendedores, productivos, dinámicos, se ponen metas y motivan a actuar con rapidez, son autosuficientes, les gusta arriesgarse, siempre tienen la razón y les gusta liderar. Suelen pasar por mandones, manipuladores, autoritarios, intolerantes y sin tacto. No muestran empatía por los demás y no les gustan las lágrimas ni las emociones. Son impacientes y dedican poco tiempo a la familia por sus ocupaciones.

Los sanguíneos son de personalidad muy atractiva, conversadores, de buen sentido del humor, son el alma de las fiestas. Hacen amigos con facilidad y quieren estar enterados de todo. Tienden a monopolizar las conversaciones, son exagerados, se enojan fácilmente y pueden ser inmaduros, egoístas y poco sinceros. Son desorganizados, pierden el interés rápidamente y tienden a comenzar cosas no las terminan. Se dejan llevar por sus sentimientos.

Los flemáticos son observadores y conciliadores, buscan tener paz y tranquilidad, son equilibrados, son amables, compasivos y de buen humor. Son estables y trabajan bien bajo presión. Tienen muchos amigos y son discretos. También suelen ser indiferentes, indecisos, prefieren lo fácil, no organizan su hogar y son muy flojos para disciplinar. Les falta motivación, son indiferentes y se resisten a los cambios. En estos casos hay que ayudarles a ponerles metas, recompensarlos y felicitarlos por sus logros.

Los melancólicos son los más complejos, profundos, pensadores y analíticos. Son perfeccionistas, tienden a ser poetas y filósofos. Son meticulosos, idealistas y abnegados. Fomentan el estudio en su casa y son de normas elevadas. Les gusta terminar lo que comienzan. Escogen con cuidado sus amigos, son fieles y leales. Se conmueven rápido y les gusta convertirse en mártires. También son socialmente inseguros, reciben cumplidos con escepticismo, son indecisos y tienen gran necesidad de aprobación. El melancólico tiene una mala imagen de sí mismo y, aunque parece humilde sale ser orgulloso. En conclusión la sanguínea habla, el colérico hace, el flemático observa y el melancólico analiza.

Por otro lado, nos solidarizamos con alegría por la positiva recuperación de los prestantes colegas, Juan Bolivar Diaz y esposa, y Luisín Mejia. Gracias a Dios y a nuestros médicos.

El Nacional

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