Opinión

María de Nadie

María de Nadie

Quiero agradecer a Inoemia del Villar, escritora newyorquina, ex -miembro de la tertulia literaria Tertuliando, de la Doctora Daisy Cocco De Filippis,  el haberme seleccionado para la presentación de María de Nadie, lo cual me ha obligado a revisar los textos teóricos sobre la novela.  Aclaro que comparto la posición de Mikhael Bakhtin, teórico ruso que murió en el 1975, de que la novela es el único género artístico que no tiene canon, es decir que no puede encasillarse, por la naturaleza dinámica del genero, empero siento que Bakhtin  coincide con Ortega en  muchos de sus planteamientos, los cuales he utilizado para desglosar la novela María de Nadie.

Afirmaba Flaubert que la forma deriva del contenido, como el calor del fuego.  En ese sentido esta novela pertenece al Realismo, pero no al realismo como mera descripción de lo aparente,  sino como lo esencial, lo profundo y lo latente, nunca  apariencia externa.

José Ortega Gasset planteaba en sus Apuntes sobre el Arte de la Novela, que la novela es lo opuesto a la Épica, que su tema no es el pasado sino el presente, y que sus personajes no son seres extraordinarios,  sino seres típicos que surgen del mundo físico, del medio ambiente. 

La novela María de Nadie narra la realidad de las niñas campesinas y su trayectoria,  al no poder continuar los estudios y estar obligadas a amancebarse a muy temprana edad, porque sus  familias no pueden mantener una boca mas. 

El  imperativo de una  novela, según Ortega, es la autopsia, directa  y en vivo, es decir, con el personaje hablando por si mismo.  Y en esta novela, desde la primera pagina, la autora sienta las bases para la autopsia de María, una niña que al nacer  parecía estar destinada a la tragedia, cuando su madre, en el parto, pagina 14, grita ¡Ay Pedro, corre, creo que parí un pájaro”.  Nina que da trabajo de criar, que es secuestrada cuando apenas tiene un ano, y a la cual el demonio pretende negociar con el padre, con la promesa de hacerlo rico.  Aquí  Inoemia, nos presenta a María, como como un personaje  signado por el destino, insinuando lo que será la posible trama.

Criticando a Proust y su búsqueda del Tiempo Perdido, critica que comparto, al definir su novela como una novela paralitica, donde nada sucede, excepto el deslumbramiento inicial con la prosa poética del autor, Ortega insiste en que las buenas novelas se basan en la acción, en la mirada detenida en el personaje, su ser, su ambiente,  donde el centro de la trama es el personaje, no la trama en si. Sobre  esto, y la tendencia a atiborrar las tramas,  seguiré escribiendo.

 

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