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María Dimitrova: “Para representar a una nación hay que sentirlo y hacerlo con pasión”

María Dimitrova: “Para representar a una nación hay que sentirlo  y hacerlo con pasión”

María Dimitrova es otra deportista que decidió llevar en su pecho los tres colores y el escudo de la bandera de República Dominicana, en detrimento de países que le hubieran brindado mejores condiciones para representarlos en competencias de alto nivel.

Aplatanada e identificada igual o más que cualquier dominicano de nacimiento, esta karateca de origen búlgaro renunció hace 11 años a la doble nacionalidad deportiva, para representar solamente a la patria de Duarte en eventos internacionales.

“Opté sólo por República Dominicana porque para uno defender la bandera de una nación hay que sentirlo y tener pasión para hacerlo. No sólo se trata de ver las ventajas, ni de salir y competir, sino de saber y entender la razón por la que uno está ahí”, indicó.

Cuatro veces campeona en kata de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, María afirma que si nuevamente tuviera la oportunidad de escoger el lugar nacimiento, no dudaría en inclinarse por República Dominicana, en lugar de Bulgaria, donde vino al mundo hace 32 años.

Dimitrova resume su afirmación en pocas palabras. Calor humano, las atenciones fuera de serie, el espíritu de lucha del dominicano y la buena convivencia familiar, son detalles que la llevan a decir que “éste es el mejor país del mundo”.

La hija de un empresario en el área de seguridad, Valery Dimitrova y de la educadora Maya Ivanova, Dimitrova creció en este país, al que llegó con seis años de edad, con la misma convicción que tuvieron sus progenitores cuando en 1992 aterrizaron en República Dominicana para vacacionar.

“Mis padres cuentan que vinieron a un viaje de placer y se hospedaron en Cabarete. Jamás hubo un regreso definitivo a Bulgaria. Quedaron impresionados de la belleza del lugar, de la bondad, el calor humano y amabilidad del dominicano y de inmediato establecieron residencia en ese lugar”, reveló. Cabarete está ubicado en la turística provincia de Puerto Plata.

Dimitrova tuvo la doble nacionalidad deportiva y por varios años representó a la patria de sus padres, sólo en campeonatos europeos. Pero un día cualquiera del 2007 decidió hacerlo por una sola bandera y esa fue la de República Dominicana.

Afirmó que el calor humano y el compañerismo dentro de la selección fueron razones poderosas que la empujaron a dejar de competir por Bulgaria en los grandes escenarios de Europa. “En 2005 competí en el campeonato búlgaro y gané el título nacional, dos años después, en otra competencia, me di cuenta que mi corazón pertenecía a un solo país y que ese era República Dominicana”.

Dice que con su renuncia a competir por Bulgaria, dejó atrás grandes facilidades y mejores condiciones de vida, pero que nunca dudó en tomar la decisión y asegura que “fue la más correcta”. Esta joven licenciada en administración de empresas, recuerda que fue en suelo dominicano donde por primera vez tomó un cuaderno y un lápiz para asistir a la escuela.

“Para mí, este es el mejor país del mundo, a pesar de sus carencias y de la falta de oportunidades que tienen los ciudadanos más desposeídos. Aquí hay libertad plena y el dominicano hace hasta lo imposible para que el visitante se sienta como en casa. Son amables, cariñosos, bondadosos y todos esos atributos los ponen a disposición del turista, sin ninguna reserva”.

Dijo que “yo viví cada etapa en cada selección en su momento. Con Bulgaria, noté que cuando un atleta perdía, los demás no querían ni darse por enterados, diferente a los dominicanos, que asumimos como nuestra la caída de un compañero en una competencia. Fue la parte humana y la solidaridad, que crecí viéndolo en cada etapa de mi vida, la que me llevaron a representar solamente a la República Dominicana”.