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Mentor de McCarthy y Trum

Mentor de McCarthy y Trum

En el no tan lejano año 1953, un elemento surgido de las entrañas del misterio y la obsesión por las fantasías aventado por el odio político, la intolerancia y la persecución sañuda, todas, negadoras de la esencia de la democracia, que respondía al nombre de Roy Emarcus Cohn, actuando como fiscal de Nueva York, condujo a la silla eléctrica, el 19 de junio de 1953, acusados de espiar para la Unión Soviética, a los esposos judíos Julius y Ethel Ronsemberg, prueba que nunca ha podido sustanciarse, en el caso de Ethel, hasta hoy.

Desde hace un tiempo, guardaba en mi carpeta de trabajos a escribir y publicar, el caso insólito de los esposos Rosemberg, hasta que el día once de este mes, el madrileño excelentísimo diario El País, insertó un artículo que versaba en relación a los orígenes conceptuales políticos extremistas del presidente Donald Joseph Trump, en la simiente cenagosa y grimosa de Roy Cohn.

Roy Emarcus Cohn fue un leguleyo perverso y corrupto, dipsómano y homosexual, que prestó sus servicios a varios elementos del bajo mundo, a Anthony Salerno, Frank Genovese y Carlo Gambino, algunos de ellos, conforme ilustra el periodista David Cay Johnston, premio Pulitzer, coautor de la obra “Donald Trump al desnudo”.

Roy Cohn contrajo VIH por sus prácticas homosexuales, dipsómano, no obstante presentarse como un adalid de todo lo contrario, falleciendo a los 58 años, en Nueva York, el 2 de agosto de 1986, donde nació el 20 de febrero de 1927, víctima de la terrible enfermedad, que no pocos interpretan como un bíblico castigo divino a los que ejercen sexo contra natura.

Trae episodios que protagonizó que reflejan una sonografía de su contextura anímica, el primero, citado al inicio de este trabajo, su rol de fiscal de Nueva York, cuando condenó a los esposos Rosemberg, sin pruebas, que es la condición sine qua nom para evacuar una condena, de espiar para la entonces Unión Soviética y suministrarle los secretos de la desintegración del átomo para fabricar artefactos nucleares.

Ethel tenía un hermano, David Grenglass, sargento US Army, que laboraba en Alamogordo, Los Alamos, estado de Nevada, en el Proyecto Manhattan, consistente en desintegrar el átomo por la fisión nuclear, para construir bombas atómicas, en el que intervinieron Niels Bohr, Enrich Oppenheimer, Enrico Fermi, Albert Einstein y Otto Ham, produciendo las primeras bombas atómicas, lanzadas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, el 6 y 9 de agosto de 1945, ordenado por el presidente Harry Truman, que provocaron la rendición inmediata de Japón, y el término de la II Guerra Mundial.

Grenglass confesó en 1966 que incriminó falsamente a su hermana Ethel, presionado por el FBI, una doble bajeza humana abyecta, porque además, sabía que su hermana no estaba enterada para nada de la bomba A, aunque sí su esposo Julius, que era espía de la URSS.

La muerte de los esposos Julius y Ethel Rosemberg fue la primera aplicada por esa actividad en EEUU, conforme a la ley de Espionaje de 1907, un año en que EEUU no estaba en guerra, y la primera de las tres “hazañas” de Roy Cohn, catapultado por su fiebre anti comunista que le condujo como asesor del senador demócrata por Nueva York, Joseph McCarthy, a vertebrar su tenebroso andar en la política, organizando la más tórrida y oscura persecución a todo cuanto oliera a comunismo, un abominable aquelarre, cosecha tétrica de Roy Cohn, su segundo protagonismo deleznable, que condujeron a la cárcel y muchos daños colaterales políticos y mentales, a miles de inocentes.

El FBI eximió posterior a Ethel Rosemberg de espionaje, certificando que ella nunca conoció secretos nucleares, aunque sí su esposo Julius, que nunca la enteró, y falleció con la primera descarga eléctrica, mientras Ethel falleció a la tercera.

El tercer protagonismo gris de Roy Cohn consistió en conformar el cosmos político de un millonario de 27 años llamado Donald Joseph Trump, que conoció en 1973, forjándose una mancuerna sólida, por aquello de que aves de una pluma, vuelan juntas, y una de las recetas básicas de su docencia consistió en inculcarle: “Golpea, golpea y golpea”, como un boxeador en un cuadrilátero.

Es la práctica del flamante gobernante de la presidencia imperial con los tratados de libre comercio; con Yemen donde en 50 días de mandato ha dispuesto 40 ataques de drones, frente a 30 en todo el año pasado; amenazar a los gobernadores estatales de reducirles las asignaciones si protestan por la expulsión de los indocumentados; disponiendo construir un muro con el vecino México; eliminando de un plumazo el Obamacare que beneficiaba a 30 millones de estadounidenses; ordenar el oleoducto Alaska-Canadá-Texas de graves daños medioambientales; expresando que puede manejarse con dos Estados en Palestina o con uno solo; ordenando reactivar la flota de portaviones que como un dogal cerca al planeta; involucrarse en la guerra de Siria; acercarse al nuevo zar ruso; considerar que la OTAN es innecesaria, desguarneciendo a Europa ante Moscú.

El Nacional

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