Opinión

Mujeres y salud

Mujeres y salud

Un regalito envenenado

 

El “nuevo Código Penal” aprobado por el Congreso dominicano confirma las tesis de que es conveniente reformar, reformar, para que todo quede igual.

Este texto que estará vigente dentro de un año, es ambivalente; un maraña mal tramada para intentar quedar bien con la sociedad y con la jerarquía más rancia de la Iglesia.

Asegurar a las mujeres el ejercicio de los derechos humanos, dentro de ellos el derecho a la vida y a decidir ser madres o no, es desobedecer los lineamientos religiosos. La iglesia es fundamentalmente misógina.

Los fundamentos religiosos ofrecen a las mujeres como proyecto de vida la biología, la reproducción, la crianza de los hijos y el cuidado de toda la familia; eso si, de forma gratuita. Es una doctrina que si se impone como ley, atenta contra la libertad de las personas, de las mujeres.

A pesar de las innegables desigualdades , el mercado laboral ha empoderado a las mujeres. Muchas han dejado de sólo llevar una ayudita a la casa, y se han convertido en las principales proveedoras. Las mujeres son las jefas de hogar en más del 60 porciento de los hogares dominicanos.

Algunas han llegado tan lejos, hasta atreverse a cuestionar que salieron de la costilla de Eva, a creerse hijas de Dios y coheredera del reino. Todo un atrevimiento.

La interrupción del embarazo en los tres supuestos solicitados por el Presidente de la República: en caso de poner en riesgo la vida de la mujer, en caso de violación o incesto, o cuando el embrión o feto es incompatible con la vida fuera del útero es aprobada por el 85,7 porciento de la población.

A pesar de que el embarazo se da en el cuerpo de la mujer, de que la vida que se pon pone en riesgo es la de la mujer, y la que cambia su proyecto de vida es la mujer, el “nuevo Código Penal” le niega el derecho a decidir. Las mujeres son consideras menores de edad. El Congreso consagró a los médicos para decidir sobre ellas. ¡Como si la ciencia no estuviera atravesada por el patriarcado, por la ideología machista.

Es un secreto a voces que las mujeres con recursos económicos no ponen en riesgo su salud para interrumpen un embarazo. Los abortos de las pobres son los que pueden terminar en histerectomía o vaciado, en infección o sepsis, o en el cuarto frio o morgue.

El “nuevo” Código Penal es un regalito envenenado, complace a la iglesia e intenta satisfacer a las mujeres, sin lograrlo.

El Nacional

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