Opinión

No hagan el ridículo

No hagan  el ridículo

Es una manera de perder el tiempo y hacer el ridículo, acudir a las entrevistas que organiza el Partido de la Liberación Dominicana a través del Senado, la Cámara de Diputados y el Consejo Nacional de la Judicatura, si de antemano ya están decididos quienes ocuparán las vacantes en la junta Central Electoral, el Tribunal Superior Electoral, la Cámara de Cuentas, la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Constitucional o cualquier otra institución.

Ningún profesional que se respete, con alta estima de sí mismo, valores y principios, debe permitir que mercaderes de la política los examinen o los entrevisten, pues por muy calificados que estén, los seleccionados serán aquellos que respondan a los intereses del partido de gobierno, como ha sido su práctica.

Recuerdo cuando el entonces presidente Leonel Fernández ordenó unas encuestas para determinar si la Constitución del 2010 sería resultado de una Constituyente o una revisión congresual. Más del 62%, es decir, la mayoría dijo que deseaba una Constituyente. Pero no se hizo así. Leonel y su aliado Miguel Vargas se burlaron del pueblo.

Muchos acudieron a los exámenes para la Cámara de Cuentas. Mi amigo Iván Rodríguez, brillante economista, profesor universitario, dirigente estudiantil connotado en su época, experto en asuntos presupuestarios, obtuvo una de las notas más altas, pero no lo eligieron. Lo mismo pasó con otros aspirantes. El PLD colocó a los que les dio la gana, que claro está, no eran los más capaces, ni los más idóneos.

Para las “Altas Cortes” se hizo lo mismo. Decenas de abogados, con maestrías, doctorados, años de servicio en los tribunales, acudieron a las entrevistas que se difundieron por televisión. Pudimos ver expositores sencillamente brillantes, con más capacidad que su entrevistador, que no era otro que el propio Leonel Fernández.

Increíblemente se eligió como presidente de la Suprema Corte de Justicia al abogado del propio Leonel Fernández y socio de su oficina. De nuevo les tomaron el pelo a los profesionales del derecho que se prestaron a la escaramuza.

La Corporación PLD no quiere instituciones independientes, dirigidas por personas capaces y honradas que actúen conforme a lo establecido por la Constitución y las leyes; buscan peleles, marionetas o arlequines, porque los corruptos se nutren de gente sin carácter, ni talento para cometer sus fechorías y quedar impunes.

En el PLD no solo Danilo Medina come tiburones podridos sin eructar y echa sus principios al zafacón; la mayoría lo hace todos los días. Algunos comen ballenas podridas con sabor a pueblo indefenso, pendejo y pobre.

Pronto tendremos un escarceo para seleccionar los jueces del TSE, tarea que le corresponde al Consejo Nacional de la Magistratura que controla el PLD. Esos cargos ya están comprometidos.

El Nacional

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