Opinión

¿Nuevo TSE?

¿Nuevo TSE?

La reciente elección de los integrantes del Tribunal Superior Electoral constituye una inequívoca demostración de que el PLD y, de manera particular, su gobierno, no están haciendo una lectura correcta de los acontecimientos que se están suscitando en la población dominicana y que, de continuar por ese sendero, podría implicarles un costo elevado en términos de sus posibilidades de continuar al frente del Estado.

Las manifestaciones ciudadanas, cada vez más crecientes, evidencian la progresiva toma de conciencia de mucha gente en el sentido de comprender el círculo vicioso que genera un ejercicio del poder con sentido de hegemonía y desprovisto de toda obligación de rendición de cuentas y sin contrapesos que sirvan de mecanismos de contención ante ostensibles excesos que son normales en quienes se sienten en control absoluto de las instancias llamadas a hacer producir consecuencias ante lo indebido.

Nada de lo que está ocurriendo es novedad, la diferencia radica en que, al fin, se empiezan a relacionar los pésimos índices que hemos alcanzado con el uso irracional y la apropiación corrompida de recursos públicos, lo cual ha sido posible por la estructuración de organismos institucionales de control, fiscalización y judiciales sin transigir en el predominio de mayorías que garantizan resultados que blindan ante cualquier posibilidad de hacer prevalecer derivaciones penales de tales inconductas.

En ese contexto de reflujo evidente que afecta al gobierno, donde el hastío ante el nivel de obscenidad que han alcanzado los desmanes empieza a tener expresiones concretas, al Consejo Nacional de la Magistratura, que en los hechos se reduce a la figura del Presidente de la república, se le ocurre constituir un TSE bajo los mismos criterios anteriores, es decir, con los votos suficientes que, por vinculaciones indisolubles con el poder, jamás pondrían en riesgos decisiones fundamentales relativas a sus intereses políticos.

Así las cosas, ¿puede hablarse de legítima competencia electoral?
Si los parámetros seguidos para la conformación del TSE constituyen una copia de los usados para el pasado, es imposible hablar con propiedad de un nuevo organismo. Habrán cambiado los nombres, pero las perspectivas de los posibles resultados son idénticas.

La oposición, con ingenuidad, apostó todo a la no continuidad de la membresía saliente, contribuyendo a generar la sensación de que si eso ocurría, se habría obtenido una victoria contundente. El PLD, con su habitual destreza, le tomó la seña y aprovechó la torpeza. No obstante, con ese “triunfo” podría afianzarse el despeñadero.

El Nacional

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