El odio racista-antihatiano diseminado por poderosos medios de comunicación al servicio de la clase dominante-gobernante, retomó nuevos bríos luego de la manifestación del sábado pasado en el Parque Independencia, escenificada por dominicanos/as descendientes de nacionales haitianos/as.
Odio blanco de factura colonial inyectado por gobernadores de colonia duchos en dominar una sociedad mulata y negra con minoría blanca.
Al país se le ha vendido la versión de que fue una protesta de “haitianos”, altamente ofensiva a la dignidad nacional y a símbolos patrios. Una provocación premeditada a cargo de intrusos invasores negros que atentan contra nuestra soberanía. Un acto de agresión a los fundadores de la República valientemente combatido por grandes patriotas.
La verdad es que se trató de una iniciativa de dominicanos-as de ascendencia haitiana que han sido burlados-as por un Estado que les niega el derecho a la nacionalidad y los mantiene indocumentados en condición de apátridas y de seres vivos civilmente muertos.
La verdad es que más vejaciones no han podido recibir, que su vida es una tragedia, que se han cansado de clamar justicia “civilizadamente”, que tienen derecho a manifestarse donde lo hicieron. Que ese lugar es comúnmente usado para denunciar injusticias y violaciones de derecho, y que en lugar de ofender, tal acción honra la Patria y sus fundadores.
No hubo provocación de los que reclaman ser reconocidos como ciudadanos-as y seres humanos. Quienes provocaron y agredieron fueron los que vestidos de “patriotas” y “nacionalistas” -encabezados por personeros de la corrupción morada- irrumpieron con improperios e insolencias contra las víctimas de tantos abusos.
La verdad es que, aun participaran integrantes de la migración haitiana en esa protesta, no hay por qué sembrar odios y decir tantas mentiras. Porque se trataría del ejercicio de un derecho, el mismo que tiene la diáspora dominicana para hacerlo en EEUU, Puerto Rico o Europa, incluso frente a los símbolos de libertad de naciones poderosas negadoras de la libertad de los pueblos colonizados, recolonizados e invadidos y agredidos militarmente.
Eso es neofascismo y llama la atención que a tales “patriotas” tipo Trump no se les ha visto protestar frente a la DNI controlado por la CIA, la PN por FBI y la FAD por el MAG-Pentágono. Nunca han acusado al FMI, Falcondo, Barrick Gold, Gold Quest, Uni Gold…ni a la Embajada gringa, de invasores.
Son antiimperialistas frente a la empobrecida migración haitiana y no frente a EEUU y otras potencias invasoras. Y mudos frente al robo de nuestro patrimonio.
