Opinión

Oportunidad

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Orlando Gómez Torres

La victoria de Emmanuel Macron en las pasadas elecciones francesas brinda un enorme alivio a una Unión Europea asediada por movimientos populistas euroescépticos. La holgada victoria no debe servir de excusa para la burocracia europea para continuar ordinariamente como si nada ha pasado, debiendo ser aprovechada para impulsar medidas de gran impacto para la cada vez mayor cantidad de ciudadanos decepcionados con la Unión.

Movimientos llamativos, pero relativamente simbólicos, como revigorizar la “Operación Sofía” en las aguas del Mediterráneo para detener la inmigración ilegal, reformar el Código de Fronteras Schengen para establecer mayores controles en la inmigración desde fuera de la UE, relanzar el Fondo Europeo de Ajuste a la Globalización con mayor capacidad de operar aún más allá de la autonomía de los Estados miembros, tendrían un golpe de efecto inmediato en el ánimo de los ciudadanos tentados por los movimientos populistas en el continente.

Si algo debe aprender la Unión Europea del Brexit y el creciente euroescepticismo, es que debe hacerse más visible para el ciudadano de a pie. Una parte considerable de la población europea desconoce como y en que forma la Unión Europea incide sobre sus vidas.

Ese desconocimiento ha permitido a los políticos populistas en todo el continente a avanzar campañas plagadas de mentiras y falsedades impunemente. Como era predecible desde hace décadas, los políticos locales se atribuyen a si mismos los logros de la Unión pero le endilgan a esta todos los fracasos.

Macron encontrará aliados naturales en Paolo Gentinoli y Mariano Rajoy, representando un bloque con las tres economías más grandes de la Unión Europea después de Alemania y sin incluir a un Reino Unido en proceso de salir.

Pero cualquier movida a reformar la Unión Europea debe tener en cuenta las sensibilidades de Alemania, respaldada por Holanda y Dinamarca entre otros países del norte de Europa, demostrando disposición a las reformas internas que Francia necesita para tranquilizar a sus vecinos.

Si bien la elección de Macron pone una pausa momentánea al movimiento populista euroescéptico, la realidad es que la Unión Europea aún sigue luchando por su vida.

Como es improbable que las elecciones alemanas de septiembre den sorpresas, la próxima batalla será en las elecciones del año que viene en Italia.

La dueta compuesta por Macron y Merkel que buscará liderar la Unión Europea en lo adelante, tiene un año más para probar equivocados a los euroescépticos antes de exponerse a la sorpresa en una elección italiana que ahora mismo luce será cerrada. Ojalá, por el bien de Europa y del mundo, que el proyecto europeo logre su relanzamiento y culminemos con una Unión Europea más fortalecida.

El Nacional

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