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ORTO-ESCRITURA

ORTO-ESCRITURA

Ortografía  para estudiantes

 

 

Pocos advierten en nuestro país que las torpezas en la escritura que se aprecia en gran parte de la población constituye un problema superior al desorden que predomina en el tránsito de vehículos por nuestras calles y carreteras, a la crisis de la energía eléctrica o la corrupción que corroe los cimientos morales de nuestra sociedad dominicana.

En correspondencia con esta preocupación y por su interés de contribuir al mejoramiento de la sociedad dominicana, por vía del conocimiento, Edwin Paniagua, quien es licenciado en educación con mención en letras modernas, ha preparado este libro – Ortografía para estudiantes- que sin duda constituye un recio aporte para el logro de ese objetivo.

Muchos consideran aburrido, y quizá lo sea, el aprendizaje de las reglas ortográficas. Para quienes así piensan les ofrezco la buena noticia de que con el libro de Paniagua ese asunto queda resuelto: no hay que hacer grandes esfuerzos memorísticos para aprenderse cómo se usa cada grafema.

Por el contrario, los usuarios de este valioso manual, que el autor llama “estudiantes”, pero que concierne a un público más amplio, podrán asimilar la escritura correcta de las palabras y a partir de ahí deducir las reglas que rigen, según el caso.

“El texto que tiene en sus manos se basa en la metodología inferencial, según la cual, en lugar de memorizar las reglas y constatar los ejemplos, transitamos a la inversa: primero observará los ejemplos para, entonces, deducir la regla”. Esto explica el autor en la introducción, desde la cual parte con ejercicios en los que coloca textos defectuosos para que el usuario los corrija e infiera las reglas.

Por ejemplo, en el libro aparecen veinte cuadros con la leyenda “Se escribe mayúscula cuando nos referimos….” En cada uno de los cuales, el estudiante o usuario deberá escribir una regla a partir de lo que ha visto en los ejemplos. Por igual aparecen dieciocho cuadros para poner las reglas relacionadas con el uso de la minúscula.

Edwin Paniagua introduce en su libro ejercicios que conllevan pensar y aunque la intención es enseñar ortografía, quien acoge este libro con voluntad propia, aprende a redactar, por cuanto practicará frecuentemente la paráfrasis de textos y realizará múltiples ejercicios de construcción oracional.

De este modo, los alumnos juegan –o mejor, trabajan- con los elementos de la lengua y las relaciones entre éstos. Con ese papel activo en la formulación de reglas y en la reflexión sobre el sistema lingüístico, el usuario de este libro habrá de lograr con facilidad la fijación de los contenidos y la incorporación de los mismos en sus actos comunicativos.

El verbo inferir significa “Sacar una consecuencia o deducir algo de otra cosa”. Del sustantivo inferencia dice el DRAE que es la acción de inferir. Pero el diccionario no registra el adjetivo “inferencial”, empleado por Paniagua y otros lingüistas para referirse a un magnífico método de trabajo por medio del cual los alumnos apliquen la observación de las palabras, comparen unas y otras y descubran la forma correcta de escritura y de pronunciación.

El procedimiento puesto en práctica en el libro “Ortografía para estudiantes” puede garantizar que los estudiantes se sientan motivados a conocer las estructuras de la lengua y descubran el provecho que pueden sacar de ello.

El Nacional

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