Opinión

¡Otra vez Evangelina!

¡Otra vez Evangelina!

En este país, en el guetto cultural, se recurre mucho a la falsedad cuando se quiere perjudicar a un creador, o creadora. Cuando escribí la obra Perrerías, con Radhamés Polanco como actor principal, tres intelectuales se reunieron con Ricardo Ramón, entonces director del Centro Cultural de España, para decirle que la obra era un “plagio”. Por suerte mi amigo Ricardo había sido testigo de la gestación de la obra y pudo responderles como era debido, para vergüenza de los personajes en cuestión.
Perrerías se había dedicado al dramaturgo cubano Virgilio Pinera, concursado bajo riguroso anonimato en el concurso de Casa de Teatro, seleccionada por Vibian Martínez como la obra ganadora y bloqueada por los dos jurados dominicanos. Si alguien podía saber si la obra era un plagio era Vibian, no solo porque es una experta en Pinera, sino por su vasta cultura teatral como directora de teatro de Casa de las Américas. Hasta hoy no perdono esa infamia.

Cuando el Dr. Zaglul definió a la Dra. Evangelina Rodríguez como perseguida en la vida y olvidada en la muerte, no se imaginaba que en el 2017 todavía ese destino perduraría. Fue la lectura de su biografía lo que me determinó a rescatarla, y honrarla con los honores que nunca recibió en vida. De esa determinación surgió la obra Andrea Evangelina, la cual escribí en México sin saber que la prisión de San Pedro de Macorís donde a ella la encarcelaron, y enloquecieron, se llamaba México.

Seleccioné para montarla a Radhamés Polanco, quien buscó el elenco: la excepcional Ruth Emeterio como Evangelina y Santiago Alonso en los roles masculinos. Marjorie hacía de Evangelina, niña, papel que luego Ruth asumió en otros montajes. Su estreno fue auspiciado por la Embajada de Francia, porque la obra también rendía homenaje a Edith Piaff y a Aimé Cesaire en su Centenario, de hecho son los poemas de “Cuaderno de Retorno al País Natal” los que Evangelina recita cuando la están torturando.

Mi obra está registrada en Derechos de Autor desde el primer día y la dramaturgia ha experimentado radicales transformaciones desde que asumí la dirección, junto con Ruth, Santiago y Cándido, araíz de la salida de Radhames como director por motivo de un colapso nervioso.

Hago estas aclaraciones porque acaban de impedir que Andrea Evangelina participe en el Festival Nacional de Teatro, una demanda sentida de quienes han visto la obra, y ha sido supuestamente Radhames Polanco, a quien siempre he distinguido y respetado, el responsable.

Como creo en el karma dejo esta nueva injusticia, ¿envidias?, en manos del Cosmos, mientras, según un proverbio árabe, me siento en la puerta a ver pasar lo que ha de acontecer.

El Nacional

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