Opinión

Otro febrero de piropos  y violencia

Otro febrero de piropos  y violencia

SANTIAGO.- La manía machista de conmemorar el 14 de febrero, inventado del amor –sin mayúscula- para la venta también de mujeres, se recicla otra vez este año y como el pasado, tendrá concurso de piropos.

¡Qué pena y qué imagen grotesca de negación y resistencia por los lados de Interior y Policía a mejores estrategias para el desmonte de la violencia! Y eso que, sus propias estadísticas señalaron que la violencia es masculina, dato más que suficiente para que la campaña del febrero amoroso fuera dirigida a mermar las presiones machistas y criminales.

¡Qué manía la de promover los piropos y más grande aún, hacerlo en febrero, un mes de poco relajo, en términos patrióticos y religiosos, en el que se pueden ubicar otras reflexiones más inclusivas y reverentes!

Y otra vez se olvidaron de consultar la medida con la Secretaría de Estado de la Mujer que, por cierto, debía de intervenir en estas “aloqueteadas” acciones para impedir que se exalte el libre manoseo de nuestra dignidad ciudadana.

El país tiene un enfoque formal de la violencia basada en el género, que se fundamenta en el respeto a los derechos humanos, establecido en el Plan Nacional de Equidad de Género, PLANEG II, y la supervisión de su funcionamiento pertenece a la Secretaría de Estado de la Mujer, SEM, que de acuerdo a su misión, es la encargada de regir y dar seguimiento a la implementación de políticas públicas para lograr la equidad, igualdad de derechos y ciudadanía plenas de las mujeres, mediante la integración de la perspectiva de género en el quehacer estatal, la sensibilización y cambio de valores de la sociedad y la articulación con organizaciones nacionales e internacionales.

Por lo tanto, como decía la catedrática de Historia de la Educación de las Mujeres de la Facultad de Ciencias de la Educación, de la Universidad de Sevilla, en ocasión de su visita al país a finales del año pasado, los países que como la República Dominicana, que cuentan con una Secretaría de la Mujer, disponen de un instrumento inmejorable para articular y proponer políticas de intervención en cada una de las demás secretarías.

Sepan que en la República Dominicana, donde las violencias sociales en general y las de género en particular, arrebatan, promover los piropos es un arma de doble filo, por la “naturalización” de violencias sutiles, que no nos deja a las mujeres ni siquiera reconocerlas y terminan tupiendo el entramado de las grandes y aparatosas violencias, como el feminicidio.

Como para la dirección de Interior y Policía, la difusión de las estadísticas son claves para la comprensión del problema y para el diseño de políticas y estrategias a seguir, como manifestara en la entrevista  otorgada a la revista Quehaceres de noviembre de 2008, recordamos algunas de ellas,  de la propia investigación de esa cartera, que señalan perfectamente la tríada de la violencia masculina: el 92% de los ejecutores de homicidios violentos, son hombres; el ciento por ciento de los feminicidios, son cometidos también por hombres; y los suicidios también están encabezados por hombres.

Además, llama la atención de cualquiera el doloroso dato de que, en los primeros 40 días de este año 2009, hayan sido asesinadas por razones de género, 34 dominicanas, sucumbiendo a masculinos violentos de su cercanía, mujeres que vivieron maltratadas hasta morir a manos de sus piropeadores!

Es verdad que todo depende de lo que se diga, del tono con el que se diga y quién lo diga, pero la sutil línea que separa el halago de una lisonja inocente, de un requiebro ofensivo, cuando se deja al antojo de quien sea, hacen del piropo una  violencia invisible, un atentado, muchas veces cotidiano, contra la dignidad de la mujer.

Las dominicanas necesitamos que todas las autoridades se coordinen en acciones que fortalezcan la igualdad y la equidad, sin manipularnos con ideas dicotómicas y de doble moral, a través de prácticas que ¡profundizan nuestra subordinación!

susipola@gmail.com

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