El reelecto presidente de la Confederación Patronal (Copardom) reconoció la necesidad de un aumento al salario mínimo y afirmó que habían acordado con las centrales sindicales sentarse en la mesa de negociación a partir de la segunda semana de febrero, luego de tener a mano el informe de los resultados del comportamiento de la inflación con respecto al impacto de la reforma fiscal.
El ingeniero Jaime Gonzalez, dijo que los empresarios están de acuerdo con el aumento salarial de los trabajadores del sector privado, pero considera que el 30% que pide el sector sindical es muy irreal.
Antes de consensuar un incremento, los empresarios tienen que valorar el duro impacto que ha provocado en ese sector la reforma fiscal aprobada en diciembre pasado, indicó que espera que para la primera semana de marzo el sector empresarial y los trabajadores puedan llevarle al presidente Danilo Medina una propuesta consensuada, sin esas discusiones traumáticas que provocan muchas ronchas y controversias. Esperamos llegar a un acuerdo con el sector sindical en el menor tiempo posible.
González fue reelecto ayer por dos años más, en forma unánime por la asamblea electiva de Copardom.
Completan la directiva Eladio Uribe, del Central Romana; Joel Santos, de Asonahores; Yudith Castillo, del Grupo Punta Cana; Nieves Ramos, de Mercasid; Eduardo de Castro, de Aldoca; Placido Rosa, de Franco-Acra. Mientras que como directores de la junta directiva de Copardom quedaron Sandy Filpo, Manuel Batista, Fernando Ferrán, Zhaira Guadalmar, Guillermo Julián Jiménez, Circe Almanzar, Pilar Haché, Kirsys Jáquez, Juan Alfredo de la Cruz y Enersto Martínez.
González también dijo que es necesario una reforma del código laboral para brindar mayores facilidades a las micro y pequeñas empresas.
En esta gestión, en este nuevo año, para nosotros el primer reto será lograr que se modifique ese código para hacerlo más flexible para la micro y mediana empresa, que son la mayoría de las empresas del país y son las que se ven en más situaciones de peligro ante eventualidades de demandas laborales, que muchas veces no obedecen a las realidades de la relación trabajador-empleador ni al deseo propio de los trabajadores, porque muchas de esas demandas llevan a la quiebra de las empresas, dijo González.
