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Pedernales entre pobreza y esperanza

Pedernales entre pobreza y esperanza

Lo que fuera la otrora importante Escuela El Manguito en Avila, hoy es un arrabal donde viven apiñadas más de una decena de familias haitianas. Educación abandonó el plantel.

PEDERNALES. La miseria espanta a cualquier visitante a esta comunidad. Su panorama es tétrico y su gente laboriosa languidese impotente con el paso de los años, esperando los siempre prometidos programas de desarrollo que nunca llegan.

 

No importa la distancia. Aunque está ubicada a 330 kilómetros de la capital, su clamor se escucha a lo lejos: los haitianos nos están ocupando poco a poco y no hay fuentes de empleos para todos.

 

En esta zona la presencia haitianos está consolidada y están como braceros en los principales renglones del desarrollo de la región.

 

Se les observa por las calles de los barrios todo el día. Dominan el comercio informal. Son quienes realizan los trabajos más duros. Están presentes en la construcción, labran el campo, muchas mujeres son trabajadoras domésticas en hogares y los hombres realizan labores de seguridad en fincas y hoteles y el comercio.

 

Es común verlos a los haitianos en carreteras y caminos, e incluso muchos niños y adolescentes cruzan diariamente la línea fronteriza para estudiar en escuelas dominicanas.

 

La agropecuaria que es la principal actividad de la provincia, en estos momentos depende exclusivamente de los braceros haitianos.

 

El Manguito
Al pie de las montañas, que da a la zona norte de Pedernales, donde están ubicadas las colonias agrícolas de Avila, Mencía, Aguas Negras, Los Arroyos y otras, uno se encuentra con lo que fue la escuela El Manguito, abandonada hace una década y hoy ocupada por familias haitianas.

 

Contrario a la parte llana de este municipio, que es árido y semidesértico, aquí hay importantes áreas boscosas. En parte integrada principalmente por cafetales, sembradíos de aguacate, cacao, limón, naranja y otros cítricos.

 

La gente se va
En las comunidades de Avila y Mencía está la mayor presencia de los inmigrantes del vecino país. Aquí decenas de viviendas abandonadas por los dominicanos que se han ido por falta de condiciones de vida, son habitadas por haitianos. Lo propio ocurre en la comunidad La Altagracia.

 

En las montañas la principal queja no es la presencia haitiana, sino la falta de apoyo del gobierno de Danilo Medina a la producción de rubros agrícolas y a la ganadería.
Aquí los haitianos viven pacíficamente junto a los dominicanos y muchos se han unido maritalmente.

 

La situación aquí es crítica, con muchas viviendas abandonadas por dominicanos están ocupadas por haitianos. La gente salen huyendo de la situación, lo que piden es el apoyo del Gobierno para trabajar la tierra.

 

“Aquí arriba la tierra es productiva, pero no tenemos a nadie que nos ayude con abono y semilla, o con brigadas que nos ayuden a limpiar como hacía Balaguer”, dice Juan Vicente Félix, propietario de una finca en la zona de Avila.

FRASES:

“El Gobierno ni nos apoya ni nos deja trabajar la tierra en paz”.
Raúl Rodríguez Pérez
Agricultor
“Más que sacar a los haitianos, lo que necesitamos es respaldo”.
Miguel Antonio Castillo

Mientras Raúl Rodríguez Pérez opina que: “hay que estar claro en algo, si aquí no hubiera braceros haitianos la agricultura no existiera”.
Denunció que el otro problema que confrontan es lo que define como una persecución de Medio Ambiente que no le permite trabajar tranquilo sus predios.

 

“Antes yo sacaba de aquí de 40 a 60 latas de café, pero ahora no saco ni una, pero el problema principalmente es que el Gobierno no nos apoya en nada”, dijo el productor agropecuario.

El Nacional

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