No hay semana en que no estemos abordados por gente que apenas sabe de nosotros y nos preguntan que si tenemos tantos años y habiendo pasado por nuestra oficina tantos artistas y grupos exitosos no haya sido contaminados con los vicios que muchos de ellos usaron y aun usan.

Tengo que reconocer que los amigos y proveedores de estos tuvieron un trato diferente conmigo. Nunca me invitaron a los “festines del polvo maravilloso”. A lo más que llegaron fue a regalarme botellas de whisky, que en ese tiempo todos saben que tomaba Jack Daniel o White Label.

Indudablemente el plato más codiciado por todo ese mundo era Cholo Brenes, por la sencilla razón de que los artistas del momento eran manejados por nosotros. Recuerdo que una vez uno de estos cantantes se atrevió a decir que yo lo que era es un ‘guillao’ que me hacía pasar por abstemio y que yo metía de todo y de más.

Caminé en muchos lupanares y centros de consumo de alcohol y de drogas en centros como New York, donde se tocaba hasta las 8:00 de la mañana en los famosos after hours. La droga las vendían en papeletas de 5 y 10 dólares en los baños. En una oportunidad vi a un miembro del cuerpo diplomático Dominicano ante la ONU con sus amigos consumiendo en uno de esos sanitarios su usual pase.

Para nadie es un secreto que la gran mayoría de las personas dedicadas al cantar, sobre todo hoy en la música urbana son de muy escaso nivel intelectual, por no decir otra cosa. Les he dicho más de una vez, no saben leer y mucho menos escribir. Escuché una vez de uno de ellos unas palabras que ponen a pensar a cualquiera del arte, la política y otro sector: “La ignorancia se vuelve más peligrosa cuando se tiene miedo”.

Ahora mucha gente se da cuenta por qué todavía hay determinados fulanos que me atacan. Muchos de ellos saben muy bien que yo sé de sus “andanzas” aquí, en Colombia y Estados Unidos.