Secreto a voces resulta el reto mediático de periódicos y libros ante la presencia invasiva del Internet, donde todo se consigue con un simple clik, abreviando inclusive escribir un artículo de investigación o un libro, reduciendo al mínimo las largas y pacientes consultas como soporte para escribir uno y otro.
Ahora se invierte una fracción mínima de tiempo para elaborar un artículo de investigación o escribir un libro porque todo los suministra el Internet, comprobado por el suscrito con la experiencia de escribir dos libros que inicié hace una década y que desde un lustro atrás, hubiese escrito en ese mismo tiempo, o menos. Todos mis trabajos de investigación se redujo de pronto a un clik.
La cuestión del reto consiste, concerniente a los periódicos, en que éstos ofrezcan a los lectores las acotaciones después de las noticias, con investigaciones rápidas que nutran los antecedentes y los hechos consumados, abandonando la molicie del relato simple del suceso, y para eso se requiere la iniciativa de los directores y jefes de redacción y la chispa sui generis de los reporteros y corresponsales
Los directores y jefes de redacción asumiendo el reto del cambio y la praxis, secundados por sus subalternos de la redacción con la mínima o casi ninguna sugerencia, con la espontaneidad que entraña la revolución y competencia de las noticias que dimana del Internet.
En esa coyuntura innovadora que los periódicos y los libros sobrevivirán y se mantendrán frente al cuestionamiento inesquivable del internet, que subirá de cualquier manera una noticia elaborada después del suceso, y los libros resumiendo sus volúmenes para facilitarlos más fácil de asimilar.
Aldo Manuzio en el apogeo del Renacimiento, inventó en el año l500 el libro de bolsillo siendo su primer impresor, una opción certera cuando el trasporte era a lomo de bestias, los espacios breves y el peso ligero, que luego sustituyó el tren, contribuyó a esparcir los conocimientos epocales.
Es lo que eventual se denominó paper back, preferido en las grandes urbes por los usuarios del transporte en trenes y buses por su práctico manejo, como la versión tabloide de los diarios..
Alguien invitó al país en marzo último al periodista español Ignacio Ramonet, quien vertió un cúmulo de experiencias en el almuerzo del Grupo Corripio en su cita del 23 de este mes, exhortando a las redacciones de los periódicos a añadir un valor agregado a las noticias de manera de incorporar una versión de juicios en relación a las noticias y desmarcarse del relato del suceso sin añadir refritos.
Elemental
Concerniente a la televisión, Ramonet exhortó alusivo a los programas de panel, que los productores asuman un rol cuestionador que proyecte juicios de valores de los temas que trata, tanto el productor como el invitado, desertando de los paneles de complacencia y de risas como es muy frecuente penosamente percibir en nuestro medio, donde cualquier pelafustán consigue patrocinio, una mesita y dos sillas y “produce” un espacio deprimente, cuando no es un profesional ajeno a la comunicación que “produce” un espacio para sintetizar una cátedra incluyendo su teléfono para consulta privada, y eso es mercantilismo, no periodismo, y el Colegio Dominicano de Periodistas no se pronuncia mediante medios legales para eliminar esa desviación del periodismo formal de ilustración a la ciudadanía, alusivo a todo cuanto le concierne y es de interés común.
En ese contexto advertimos a “ productores” de televisión economistas, médicos, políticos, sociólogos, astrólogos, agrónomos, politólogos, todo menos periodistas, un eslabón más del desorden generalizado del país, y ninguno dispone de un carnet, obligatorio, del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones..
Esa invasión y contaminación de la televisión reduce la audiencia y el televidente deserta hacia los canales altos que ilustran la vida salvaje, películas e historia, disminuyendo el rating de las televisoras, porque las telenovelas embrutecedoras se sabe que disponen de una audiencia femenina cautiva, como Tres Patines por la radio desde hace 60 años, como el primer guandul, más la contracultura de El Chavo del Ocho.
Elaborar con profesionalismo el suceso es el reto del periodismo frente al internet, y los directores de periódicos entenderlo y anular los enlatados de Mundos Es, BBC Mundo, y reportajes EFE.
Hastiado, igual que en la televisión, de enlatados, y entonces desertan al Internet, el gran rival de hoy de los diarios a superar con iniciativas, agilidad periodística, investigación, consulta y talento, porque de otra manera, el Internet decretará el fin de los periódicos, no solo por su facilidad de acceso, sino también por su costo.
