Editorial

Pesado fardo

Pesado fardo

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha denunciado que el Gobierno dominicano no acoge el reclamo para que personal de esa oficina verifique el proceso de repatriación de miles de inmigrantes haitianos, gran parte de los cuales alega se les “anuló” la nacionalidad dominicana.

La denuncia de Zeid Ra’ad Al Hussein fue formulada al pronunciar un discurso en la apertura de la tercera sesión del Consejo de Derechos Humanos, que se realiza en Ginebra, Suiza, en el que afirmó que las autoridades dominicanas han expulsado desde 2015 unos 40 mil haitianos.

Ese señor llegó a afirmar que desde el año pasado, unos 68 mil inmigrantes han retornado a Haití “espontáneamente”, bajo posible presión del Gobierno, además de señalar que han sido repatriados cientos de niños no acompañados.

Es claro que ese organismo de la ONU se une al coro intervencionista que pretende imponer designios elaborados en oficinas imperiales, según los cuales República Dominicana debe asumir toda la carga migratoria, social y económica de Haití.

El Comisionado Al Hussein reclama nada menos que personal de su agencia verifique todas las acciones de repatriación de indocumentados que apliquen autoridades locales de Migración, bajo el falso criterio de que esos inmigrantes han sido despojados de su nacionalidad.

La monstruosa afirmación del Alto Comisionado de la ONU sobre expulsiones ilegales de ciudadanos haitianos y su indignante pedido de que personal extranjero fiscalice la frontera, coincide con denuncias locales sobre el incremento del ingreso ilegal de indocumentados de ese país.

Sin temor a exagerar, puede decirse que el número de haitianos que ingresa por la frontera es varias veces mayor a los 108 mil extranjeros que según alega el comisionado de la ONU, han sido repatriados o han retornado voluntariamente desde 2015.

El Gobierno está compelido a emitir una declaración de rechazo a esa indignante y grosera pretensión de intervencionismo, denunciar que la comunidad internacional ha abandonado a Haití a su triste suerte, y advertir que República Dominicana no puede cargar con tan pesado fardo.

El Nacional

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