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Piden justicia en el caso niño violado y asesinado

Piden justicia en el caso niño violado y asesinado

“Yo pido justicia, no fue un perro que mataron. Yo vivo trabajando por mis hijos”, fueron las palabras de Raquel Suero, quien pidió que al asesino de su hijo Luis Raúl Zaya Suero, de dos años, violado y asesinado, según los investigadores por su padrastro John Jairo Rodríguez Espinal, de 24 años.

Suero, de 30 años, expresó que “pido justicia. No es verdad que encubriera a Jairo porque maltrataba a mis hijos. Cuando llegué de trabajar encontré a mi niño muerto. Los vecinos saben que no he sido mala madre con mis hijos, y por ellos es que trabajo”.

Confesó que confiaba mucho en su pareja, de quien se dice es panameño, “pero después que encontraron lubricante en mi casa, el principal sospecho es John Jairo. Pido justicia, no fue un perro que me mataron”, añadió llorando.

Niega

El presunto autor del crimen del niño Zaya Suero negó que sea el autor del crimen. “Me acusan de violar al niño, pero pido que analicen el semen y van a ver que soy inocente”.

El presunto homicida del infante pidió a los camarógrafos no seguir grabándolo porque tiene un hijo de siete años.

Ayer se aplazó para la tarde de este viernes el conocimiento de la medida de coerción contra Rodríguez Espinal, a quien el ministerio público pedirá un año como medida de coerción.

La necropsia realizada al cadáver del menor violado y asesinado, certificó que falleció a causa de golpes en distintas partes y presenta violación sexual, además de quemaduras hechas con un cigarrillo.

El informe establece que el cadáver fue hallado por uno de sus hermanos colocado boca abajo en una habitación de la residencia ubicada en la calle Penetración 25 del sector Cansino Adentro, cuatro horas después de ser asesinado.

Las evidencias recolectadas en la escena del crimen, según la Policía, presumen que la madre era cómplice, al menos por omisión, de los abusos contra sus cinco hijos.

Una evaluación de los menores por especialistas de la Fiscalía de Niños, Niñas y Adolescentes determinó que cuatro de los niños muestran signos de descuido, abuso físico y psicológico, y una de ellas confesó que era abusada sexualmente por Luis Genaro Zaya Díaz, padre de su hermano asesinado.

Ambrosio Valenzuela, abuelo del niño asesinado, declaró que la madre tenía una relación desde hace cuatro meses con Rodríguez Espinal y que apenas tenían dos meses conviviendo en la residencia donde ocurrió crimen. Ayer, los familiares y vecinos se manifestaron frente a la Fiscalía de Santo Domingo pidiendo justicia.