El Nacional
Pérdidas estimadas en unos 40 millones de dólares anuales ocasiona a la empresa generadora de electricidad hidroeléctrica estatal el mantenimiento fuera de servicio de dos unidades de generación que aportan al sistema 101 megavatios, siendo además causa de la profundización del problema de los apagones.
Se informó que parte de la aguda crisis de apagones es debido a que en la actualidad existen cerca de 101 megavatios de generación hidroeléctrica fuera de servicio.
Se citó los casos de la central de Aguacate (52 megas), fuera de operación desde la tormenta Olga, y la segunda unidad de la central de Jigüey (49 megas), fuera de operación desde el 2006.
La salida de operación de esas unidades representa pérdidas anuales de ingresos para la empresa hidroeléctrica estatal de unos 40 millones de pesos que tienen que ser compensados con subsidios del Gobierno.
Un observador indicó que si esas centrales hubieran sido operadas correctamente, hoy los apagones serían de menor duranción.
Además, los informes dan cuenta de que los recursos para la reparación de esas centrales hidroeléctricas fuera de servicio están consignados en el financiamiento de 80 millones de dólares otorgado por el Banco Mundial, destinado a reparar obras de infraestructura afectadas durante por la tormenta Olga (carreteras, canales de riego, líneas de transmisión y averías en las hidroeléctricas).
Se observó que como la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales ha expresado su intención de utilizar esos fondos (si es que el Banco lo acepta) para abonar a la deuda de más de 450 millones de dólares que tiene con los generadores, eso significaría que la reparación de las hidroeléctricas dañadas se retrasará aún más.
Pero además de ello, no todos los recursos de ese préstamo están destinados al sector eléctrico, sino también para financiar la reparación de caminos, canales y otras obras, las cuales a su vez deberían ser entonces reconstruidas con fondos del Gobierno, de los cuales en la actualidad no hay mucha disponibilidad.
La falta de esos generadores en años en los cuales las lluvias han sido abundantes equivale, de acuerdo a los informantes, a una mayor pérdida de ingresos por venta de energía, la cual deberá ser suministrada con generación cara a base de derivados del petróleo.
