Opinión

Por propia cuenta

Por propia cuenta

Las elecciones convocadas ayer por el Gobierno de Venezuela para escoger los miembros de la Asamblea Constituyente se convirtieron en otro girón en la maltrecha piel de esa nación que se desangra por las profundas heridas de la represión, intolerancia y cruentas formas de intervencionismo.

Durante la jornada de votaciones se reportaron al menos diez muertos, lo que eleva a 117 el número de víctimas fatales desde el pasado 1 de abril, cuando la oposición política convocó a manifestaciones públicas contra el régimen de Nicolás Maduro.

Aunque se da por descontado que la Asamblea será instalada y que redactará una nueva Constitución Bolivariana, posiblemente a imagen y semejanza del Gobierno, esa estrategia no ayudaría a resolver la crisis política que convulsiona a esa agobiada nación.

México, Colombia, Costa Rica, Perú y Panamá adelantan que no reconocerán los resultados de la votación de ayer, mientras Estados Unidos prepara otro paquete de sanciones contra Caracas, que incluiría su industria del petróleo.

Tan grave y confusa es la situación en Venezuela, que ya el mundo no sabe con exactitud lo que ocurre en la patria de Bolívar, porque las noticias que se distribuyen sobre ese conflicto parecen sesgadas a favor o en contra de los sectores confrontados.

El pueblo venezolano no solo sufre las consecuencias de una espiral de violencia que se intensifica y expande cada día, sino también de una cruenta crisis económica y financiera matizada por la escasez de alimentos y medicinas.

Sobran las razones para mostrar alta preocupación, como lo ha expresado el canciller dominicano, Miguel Vargas, por el curso que han tomado los acontecimientos en Venezuela, en el entendido de que no sería posible alcanzar la paz a través de ninguna acción unilateral.

Igual que en Centroamérica, donde hace más de cuatro décadas el diálogo entre centroamericanos pudo más que los intereses que mercadearon la Guerra Fría, los venezolanos tendrán que encontrar por propia cuenta la luz al final del túnel mediante una negociación política.

El Nacional

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