Opinión

PRECISAMENTE

PRECISAMENTE

Conocí al coronel Julián Suárez Cordero, a raíz de uno de los sucesos que ahora son parte de la cotidianidad y que son distintivos de la sociedad dominicana. Cuando acudí al destacamento policial del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte tuve la sospecha de que habría de lidiar con un oficial prepotente y con ganas de probar que, como jefe, estaba facultado para hacer cuanto le viniese en ganas. El oficial a quien conocí, en cambio, resultó ser un hombre amable, comprensivo, educado, con una disposición al servicio que me pareció inusual entre los integrantes de una dotación policial.

Sorprendido, externé mi asombro, y, a partir de ese instante, mantuvimos un contacto casi permanente, pues decidió mantener la supervisión del sector por el cual le hablé y mantuvo un discreto y constante movimiento de patrullas, hasta que los paseantes del lugar y los mismos policías entendieron que el lugar estaba libre de los voluntariosos salteadores que sorprenden a ejercitantes y deportistas.

Sobre esto, el jefe de la Policía actual, mayor general José Armando Polanco Gómez, tuvo conocimiento y ofreció su apoyo. No perdí tiempo, y lo comenté en el más escuchado programa de radio del país, El Gobierno de la Mañana, versión del sábado, que encabeza el director de la Z-101, Willie Rodríguez.

Luego, al coronel Julián,  lo seguí viendo, aunque de cuando en cuando, y mantenía distancia al entender la característica de su trabajo militar. Así, sentí su presencia en el cuidado alrededor del sitio en el cual tantos capitaleños buscan salud, distracción, relaciones amistosas y descarga de las tensiones del día.

Volví a tener noticias de él, lamentablemente, cuando fue asesinado en los predios de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

¡Qué tristeza!

Paz a los restos de un gran hombre, ejemplo de institucionalidad.

El Nacional

La Voz de Todos