Riesgo, miedo y valor
La realidad que vivimos con Haití, presenta cada vez un rompecabezas sin solución para este país, casi interminable. Porque interactuamos con esa realidad sin comprenderla, desde un punto de vista histórico, como un mega cóctel que combina múltiples dificultades. Es una cuestión que exige en esencia profunda regeneración a partir de la cual hay que jugar al éxito o al fracaso, pero todo esto envuelve riesgo, miedo y valor.
Una rueda difícil. Si, difícil de romper o destruir.
Hay que generar respeto, se necesitan cabezas abiertas, es asunto de pocos lideres, carecemos de estrategia, y esta tiene que ser política, social o económica, pero vale el esfuerzo, como en su tiempo lo planteo Albert Einstein: ‘’La perfección de los medios y la confusión de los fines son las características de nuestra época’’, podemos identificar un estado de supervivencia que aun sigue cuestionándose el ‘’como hacer’’, cuando en realidad las preguntas son el ‘’que’’ y el ‘’por que’’ hacer. Así, significaría menos desafiante, menos riesgoso, y más fácil pensar en la utilización de herramientas [medio] en vez de la definición de un rumbo, sin resultado real [los fines] ya que algunos políticos negociantes, o digamos, negociantes políticos, alimentan la mediocridad del individualismo egocéntrico porque no se arriesgan a perder posición social y política. Evitan a toda costa que se descubran sus instintos más secretos, y por eso se disfrazan, imitan y no son transparentes a la hora de decidir.
No abandonan la idea de ser amo, y dejar de ser esclavo, como planteaba Hengel: ‘’el amo vive del esclavo y viceversa, el miedo del amo está fijado en su dominio, en el que es imposible superarse, cambiar ni progresar, ya que debe permanecer en un callejón sin salida, condenado a progresar o ser reconocido. En cambio, el esclavo quiere ser esclavo, pero necesita del reconocimiento del amo siempre, y por eso es temeroso de su libertad’’.
Auténtico reflejo de una simbiosis cultural.
El miedo se reguarda o se rompe.
La acción en el proceso de solucionar complejidades no necesita improvisación, sino también contar con disciplina que permita planificación del sistema.
