Los años…
A aquellos amigos, con quienes comparto un rato algunos sábados, intercambio una diversidad de ideas, que me ayudan a perdonarle a la vida algunos momentos desagradables que ella me ha regalado:
El hombre es una criatura mágica que necesita descubrir ese poder que nuestra ignorancia nos oculta.
La vida es mutable, sus valores son inalterables.
Hay que saber navegar contra el viento, sólo se necesita remar duro, talvez, entre lágrimas, pero con la fortaleza de la fé. Aveces, una nostalgia, una tristeza, un golpe emocional, y también un deseo se convierten en el desafío que nos impulsa a transformar las cosas con un espíritu indomable que nos enseña el camino para encontrar el rostro misterioso de Dios.
Solo el amor crea la vida. La vida no puede sostenerse sin amor.
Desde que nacemos el proceso de la existencia hasta morir es inexorable.
Es imposible posponer el tiempo.
A través de los años el ser humano divide la vida en diversos periodos: niños, jóvenes, edad mediana, mayores y numerosos ejemplos de que no existe una edad Dorada.
La persona es tan joven o tan avanzada de años como sea su convicción de la alegría, la felicidad, el entusiasmo.
Y, repito, la fé de vivir, porque como una vez dijo alguien: ”Si la vida te molesta, ! Vívela! para que realmente disfrutes de ella”.
El deseo de vivir es inevitable.
El universo es perfecto solo respiralo a través de los años.
