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Presencia economica

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El horno griego

Grecia se encuentra de la República Dominicana a una distancia de 8 mil 874 kilómetros (en viaje por avión), pero eso no es obstáculo para que los dominicanos sigamos de cerca el desarrollo de los acontecimientos monetario-financieros en la tierra del filósofo Platón.

El mundo vive en la era de la globalización, la cual podría considerarse como la interdependencia más profunda e irreversible registrada entre los países en toda la historia de la humanidad. Los grandes avances tecnológicos de las telecomunicaciones satelitales y la magia de la Internet, así como los modernos medios de transporte y las estrechas conexiones monetario-financieras han hecho del planeta tierra una especie de “aldea global”, para emplear las palabras del canadiense Marshall Mcluhan (1911-1980).

Los dominicanos debemos ver más allá de los 48 mil 730 kilómetros cuadrados que integran la geografía nacional y prestar atención a lo que ocurre en otras partes del mundo, pues esos acontecimientos, por lo expuesto en el párrafo anterior, también impactan en el desempeño económico, social y político de nuestro país.

Y ocurre que la hora O para las finanzas griegas y la perdurabilidad de la Eurozona ha sonado ya en el reloj monetario de la Unión Europea: el país helénico no está en capacidad de abonar los 1,500 millones que debe al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Dani Rodrik, profesor de la Universidad de Harvard, Estados Unidos, sostiene la tesis de que un país no puede tener al mismo tiempo democracia, globalización y soberanía nacional por lo que sólo le es dado hacer combinaciones entre estos tres conceptos. Se trata del debatido “Trilema de Rodrik”.

Aplicado el trilema de Rodrik podría argumentarse que la Unión Europea ha optado por la globalización (es decir, la mayor interdependencia de los países) cediendo un tanto en la soberanía de cada Estado, pero sacrificando la democracia política.

Hay economistas que sostienen que las grandes decisiones que afectan a las respectivas sociedades de los países miembros de la Unión Europea suelen ser tomadas en un cuarto frío de Bruselas, capital de Bélgica y sede del gobierno europeo, sin que medie un proceso democrático de deliberación y acuerdo con amplia consulta social, sino una imposición tecnocrática que parece ignorar los costes de esas decisiones.

Este domingo 5 de julio los electores griegos concurrirán a las urnas para decidir con un Sí o un No sobre la siguiente pregunta: ¿Debería aceptarse el acuerdo que fue entregado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en el Eurogrupo del 25.06.2015 y que se compone de dos partes y que constituye su propuesta unificada?

Y al parecer la sociedad griega parece decidida a mostrar su sentir ante las exigencias de ajustes económicos hechas por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, entidades que forman la llamada troika europea.

La suerte está echada y los banqueros e inversores del mundo tienen los dedos cruzados para que Grecia vote a favor del Sí, aunque las encuestas favorecen al No. Esperemos…

El Nacional

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