Opinión

Presencia económica

Presencia económica

Daniel Guerrero

Tormentos de la OMC
La crisis económica mundial que agobió al mundo durante la Gran Recesión (2008-2009) todavía sigue impactando sobre el desenvolvimiento de las negociaciones comerciales multilaterales en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
A quince años de haberse iniciado la Ronda Doha de negociaciones comerciales multilaterales se puede afirmar que la misma duerme el sueño de los justos, pues a pesar de que la ruta seguida por la misma ha recorrido ya cerca del 80 por ciento de su agenda, persiste un 20 por ciento que ha venido a constituir una barrera infranqueable: los subsidios agrícolas.

Las ayudas (subsidios) que distorsionan el comercio han devenido en reiterativas por parte de los gobiernos de los países desarrollados. Muchos países miembros de la OMC sostienen que no se debe avanzar en las negociaciones mientras no existan garantías de que éstas serán reducidas a su mínima expresión.

Charles-Maurice de Talleyrand (1754-1838), quien fuera un famoso político francés, llegó a sentenciar: “En materia de negocios, nada hay efectivo mientras no estén terminados”.

Contrario a los compromisos sustentados por el actual gobierno de Estados Unidos, las leyes agrícolas de esa potencia económica mundial, lejos de recortar las ayudas a los productores, las aumenta, actitud que ha incrementado la desconfianza y la confusión dentro de las partes negociadoras en la Ronda Doha.

Y a partir de enero de 2017, con el ascenso del nuevo gobierno de Estados Unidos presidido por Donald Trump se avizora un reforzamiento del proteccionismo comercial. Téngase en cuenta que durante su fogosa campaña electoral el flamante presidente electo cuestionó la permanencia de Washington dentro de la OMC.

Doha se encuentra en un punto muerto, aunque aparentemente los técnicos de los países miembros de la OMC celebran en Ginebra todo un maratón de reuniones.

Cuando en diciembre de 2013 se aprobó en Bali, Indonesia, el divulgado acuerdo sobre la facilitación del comercio se abrigó esperanza de que el papel de la OMC en la regulación de las transacciones comerciales globales se reforzaría, ganando terreno el enfoque multilateral de negociaciones, pero en la práctica lo que ha ocurrido es un fortalecimiento del bilateralismo o plurilateralismo expresado en la formación de mega-acuerdos comerciales al estilo de los acuerdos comerciales Trans-Pacífico (TPP) y el Transatlántico (TTIP).

Definitivamente, los puntos acordados en las negociaciones multilaterales de Bali (2013) no superan los fundamentos de la Ronda Doha iniciada oficialmente en noviembre de 2001, la cual permanece estancada desde el 2008 debido a la falta de consenso en temas sensibles para las partes como, por ejemplo, las diferencias con relación a las subvenciones gubernamentales otorgadas a la agricultura.

Lo expuesto precedentemente pone en evidencia la falta de voluntad real de parte del mundo desarrollado por reducir y mucho menos eliminar las distorsiones presentes en el comercio internacional.

El Nacional

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