Opinión

Presencia economica

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Daniel Guerrero 

El dólar del petróleo
Cuando el dólar (moneda nacional de Estados Unidos y divisa internacional por excelencia de la economía mundial desde los acuerdos de Breton Woods aprobados meses antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial/1939-1945) llega a registrar una fortaleza se estima que la economía norteamericana marcha a buen ritmo, lo que suele reflejarse también en el comportamiento de los precios del petróleo.

La relación de causa-efecto entre un dólar fuerte y un precio del petróleo a la baja pudo ser una realidad en un momento concreto de las relaciones económicas internacionales, pero bajo ningún concepto podría considerarse como un axioma, es decir, un enunciado tan evidente que no precisa de demostración.

Cuando en el 2008 estalló en EE.UU la crisis económica que pronto se propagó por el resto del mundo se vivió una época de devaluación del billete verde, pero el precio del petróleo no registró baja, sino que se reforzó un proceso al alza.

Para ese entonces reconocidas empresas financieras como Merrill Lynch y Goldman Sachs pronosticaron que el precio del crudo West Texas Intermediate (WTI), de referencia norteamericano, podría situarse por encima de los 30 dólares, en tanto que Washington se preparó para comprarlo en el 2009 a unos 43 dólares el barril.
En julio de 2008 el precio se disparó a 47 dólares el barril, cayendo en diciembre de ese año a 40 dólares el barril, evidenciando una notoria volatilidad (variación). A finales del 2009 el crudo se vendió a unos 50 dólares el barril, pero ya para el 2012 se situó en los 100 dólares el barril.

Mientras, la economía de Estados Unidos continuaba enferma con un dólar debilitado, lo que echaba por la borda la tesis de que un dólar fuerte arrojaba automáticamente como resultado un petróleo barato.

Lo que sí parece guardar relación es que una buena marcha de la economía estadounidense tiende a fortalecer su divisa: el dólar. Pero una suma de factores internacionales, tales como el desempeño de otras economías desarrolladas, los movimientos especulativos en los mercados de futuros con las materias primas (y el petróleo se inscribe dentro de éstas) las crisis geopolíticas como las guerras en zonas petroleras del globo terráqueo y el incremento de la demanda del crudo podrían definir la dinámica de la economía petrolera global.

Pero en el 2018 (una década después de la crisis económica mundial conocida como la Gran Recesión) asistimos a un escenario petrolero internacional modificado por un impresionante incremento en la producción de crudo extraído en EE.UU, mediante el procedimiento de la fragmentación hidráulica (fracking) de rocas bituminosas, convirtiendo a esa potencia económica en casi autosuficiente en materia energética.

Ahora el mundo observa cómo el dólar pierde fuerza y un precio del petróleo que al cierre del presente año podría superar los 80 dólares el barril. El panorama es complejo y no está dado para hacer ejercicio de pitonisa o adivinador mediante una bola de cristal.

De lo que se trata es de analizar la convergencia de diversos factores que podrían estar incidiendo en el comportamiento al alza de los precios de los diferentes tipos de crudo que se ofertan y demandan a escala planetaria.

Pero la relación dólar-petróleo tiene a disociarse en la medida en que el billete verde pierde terreno dentro de la economía mundial.

El Nacional

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