LA HABANA. AP. Un salvadoreño recientemente extraditado señaló al anticastrista Luis Posada Carriles como el autor intelectual de una serie de bombazos en esta capital y aseguró que éste contaba con permiso de la CIA para actuar contra la isla.
La televisión isleña mostró el lunes por la noche la primera parte de un documental en el cual se ofrecieron por primera vez imágenes y comentarios de Francisco Chávez Abarca en Cuba, con excepción de una muy breve vista cuando las autoridades venezolanas lo entregaron a las cubanas a comienzos de julio.
Vestido con una camisa blanca y de hablar pausado, el salvadoreño reconoció ser quien puso varios de los artefactos en centros turísticos capitalinos en 1997. Me pagaban por bomba que explotaba 2.000 dólares, manifestó, al tiempo que también se transmitieron algunas secuencias de lo que al parecer fue la reconstrucción forense de esos eventos tras la entrega judicial de Chávez Abarca.
Este tenía código rojo ante la Interpol por estar acusado de cometer algunos de estos atentados y supervisar otros. Fue arrestado el 1 de julio pasado cuando pretendía ingresar a Venezuela con un pasaporte falso.
Una semana después fue extraditado a la isla. Dos personas de origen salvadoreño y tres guatemaltecos también contratados para colocar los artefactos y encarcelados posteriormente en Cuba precisamente a finales de la década de 1990, confesaron su participación en los hechos e identificaron a Chávez Abarca.
Posada (Carriles) se alardeaba de cada cosa que hacía, expresó el salvadoreño en el documental Le pedía permiso a la CIA… él decía que antes de que se hiciera una acción él pedía permiso… Sea cierto o no, lo único que puedo decir es lo que él me dijo, agregó.
No fue posible obtener comentarios de funcionarios estadounidenses sobre la acusación de Chávez Abarca en torno a Posada Carriles y sus nexos actuales con la agencia de inteligencia de Estados Unidos.
El anticastrista reside actualmente en Miami después de que en el 2004 la entonces presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, le concedió una amnistía, pues purgaba una condena en aquella nación al verse involucrado en un intento de magnicidio contra Fidel Castro.
Dos mil dólares
Francisco Chávez Abarca, extradidato a Cuba desde Venezuela, dijo que le pagaban 2 mil dólares por cada bomba que hacía estallar en la capital cubana en 1997. Chávez Abarca fue delatado por otro salvadoreño y tres guatemaltecos vinculados con los hechos terroristas contra Cuba.
