Crítica

Dos años después de la muerte de Hugo Chávez, el propulsor de la revolución bolivariana, la situación política y económica de Venezuela es calamitosa. Y el heredero de Chávez, el actual presidente Nicolás Maduro, es quien carga con las críticas por la crisis que afecta a la nación suramericana. A Maduro, quien ha protagonizado diferentes conflictos y ha tenido que apelar a la represión para preservar el poder, se le acusa de dilapidar el capital heredado de su padre político.

La crispación cunde hoy de tal modo en Venezuela que ni siquiera los aliados del proceso descartan un golpe de Estado, aunque sea protagonizado por el ala más radical del propio Gobierno.

A Maduro, que al parecer lo único que ha conservado de Chávez es la retórica antiimperialista, se le responsabiliza por la crisis de la economía, con todo y la caída de los precios del petróleo, que no ha hecho más que agravar la situación.

El segundo aniversario de la muerte de Chávez ha encontrado a Venezuela técnicamente en recesión, con una inflación que supera el 65%, crisis de abastecimiento y con una perspectiva incierta.