Opinión

QUINTAESENCIA

QUINTAESENCIA

Rafael Ciprián

¿Cuántas constituciones?

 

Los temas constituciones, sin importar su aparente complejidad o sencillez, siempre dan lugar a discusiones que tienen vocación de volverse infinitas. Los criterios políticos priman sobre las verdades jurídicas. Son muchos los especialistas de las diversas materias del Derecho, incluyendo algunos constitucionalistas, que no comprenden que la Carta Magna no debe usarse para justificar pretensiones personales o grupales a todas luces improcedentes. Por esa mala práctica y por las reformas a que es sometida, según el poder de turno, la Ley Suprema está condenada a perder autoridad en la población.

El doctor Joaquín Balaguer afirmó que la Constitución era un pedazo de papel. Y así la trató. La idea no es propia del autor de La Palabra Encadenada, sino del célebre jurista alemán Ferdinand Lassalle. Este la planteó en un contexto adecuado y diferente al que motivó a Balaguer. Lasalle lo dijo para resaltar la necesidad de que el Texto Sustantivo reflejara las ideas y aspiraciones de los factores reales de poder que coexisten en la sociedad. Pero Balaguer se expresó para justificar el irrespeto a la Carta Magna que reinó durante sus gobiernos.

Si no aprendemos a ver la Norma Sustantiva como tal jamás podremos vivir en Constitución. Esto es, que no interiorizaremos sus valores, ni tendremos respeto por los derechos fundamentales, ni lograremos el fortalecimiento institucional, ni alcanzaremos la verdadera democracia.

Ciertamente, así es. En los tiempos actuales, las posibilidades de mejorar el orden en que vivimos e impulsar la justicia social dependen de la aplicación adecuada del Derecho Constitucional. No existe otra vía a la vista. Toda acción política o lucha reivindicativa debe tener como soporte los principios, valores y normas de la Constitución. Es necesario usarlos como banderas y escudo. Fuera de ese marco, el combate carecerá de base teórica y de sustento jurídico y político.

Pero debemos cuidarnos mucho de no caer en las discusiones bizantinas al abordar los temas constitucionales. Por ejemplo, para muchos es un rompecabezas determinar cuántas constituciones hemos tenido en nuestra vida republicana.

La cantidad solo tiene una importancia académica, estadística e histórica. En la entrega anterior explicamos que en nuestro sistema cada reforma crea una nueva Constitución, por eso se proclama.

Y hemos tenido unas 39 constituciones. Poco importa que en la reforma se haya modificado un artículo o varios. O que la esencia de la parte regulatoria o de la parte orgánica de la Constitución se mantenga. Eso genera debates sobre si es la misma Constitución reformada o una nueva.

Ahora bien, la verdad socio-política es que hemos tenido dos constituciones: la liberal y la conservadora. La primera está representada por la trinitaria y pequeña burguesa del 6 de noviembre de 1844, a pesar de su funesto artículo 210. Y la segunda, es la hatera, santanista y dictatorial del 16 de diciembre de 1845.

El Nacional

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