Opinión

QUINTAESENCIA

QUINTAESENCIA

Récord de Danilo.-

Las elecciones nacionales recién pasadas, que abarcaron los tres niveles de votaciones, o sea, el presidencial, el congresual y el municipal, nos dejaron muchas y sabias enseñanzas políticas. Los que desean aprovecharlas y tienen ojos para ver y oídos para oír, lo pueden hacer. Los tercos, ni cuenta se darán. En nuestro país sobran estos señores.

Nuestra más grande lección, reiterada y poco aprendida, de este proceso es que el pueblo dominicano es superior a sus líderes y dirigentes. Estos son creados por la sociedad, pero el pueblo es capaz de diferenciarlos, como el grano de la paja. Probó que sabe lo que quiere y que premia y sanciona según la gestión pública de cada uno.

No es verdad que las manipulaciones mediáticas del poder siempre determinan las preferencias electorales de las grandes mayorías, salvo cuando existe una ejecutoria gubernamental que exhiba logros indiscutibles para beneficio de las comunidades.

El 4 por ciento para la educación, reparación de hospitales, la alfabetización, guarderías infantiles, contactos directos, préstamos blandos a productores, presencia inmediata y personal del Presidente en zonas de desastres y un discurso sencillo y convincente, lleno de nuevos proyectos que despiertan esperanzas en las masa, etc., hicieron méritos.

Esas son las causas que justifican la aprobación que ha recibido el reelecto presidente Danilo Medida.

Danilo logró la votación más alta que ha obtenido un candidato presidencial democrático en toda la historia de nuestra República. Hasta el momento en que se escribe esta columna, sobrepasa el 61 por ciento de los votos computados. Superó al profesor Juan Bosch, que en el 1962 impuso la marca mayor, con un 59 y pico por ciento.

El discípulo superó al maestro, lo cual habla muy bien del maestro. El jefe de Estado actual ha roto el récord y, por tanto, ha establecido uno nuevo. Ahora tenemos que hablar de antes y después de esta nueva marca.

La legitimidad con que va a gobernar Danilo en el próximo cuatrienio le da una autoridad moral en la sociedad y en su partido, el de la Liberación Dominicana (PLD), muy especial.

Podrá usarla para trascender con un liderazgo nacional de proyecciones históricas nada despreciables.

Nadie que haya seguido con interés los porcentajes de aceptación popular que todas las encuestas creíbles le daban al presidente Medina, mucho antes de abrirse oficialmente la campaña electoral, puede sorprenderse de los resultados del escrutinio comicial. El pueblo ha sido coherente y perseverante en sus preferencias. Sin bases reales, esto no se podría sostener por tanto tiempo.

El presidente Danilo Medina tiene ahora la oportunidad de oro para avanzar en la transformación de esta democracia electoral, para convertirla en una verdadera democracia participativa. Basta con que combata la corrupción, el clientelismo y el patrimonialismo, y que convierta al pueblo en sujeto de su destino. El récord de Danilo se lo permite.

El Nacional

La Voz de Todos