Ley de Partidos
Más que satisfacción, recelo es lo que ha despertado el informe sobre el proyecto de ley de partidos políticos anunciado por el presidente de la comisión bicameral que estudia la pieza. El diputado Henry Merán garantizó que la controversial iniciativa será conocida en la actual legislatura, porque ya solo queda por afinar un 10% del contenido. Sin embargo, se teme que el proyecto que salga de las cámaras legislativas resulte un traje a la medida de los intereses del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Merán indicó que solo están pendientes puntos “altamente complejos” como la afiliación y su relación con los cargos electivos, el porcentaje de reservas de candidaturas, la repartición de los fondos y otros. Sin embargo, el vicepresidente de Finjus, Servio Tulio Castaños, advirtió que en la legislación debe concretarse un cambio del actual modelo político, que se sostiene en “el clientelismo y el populismo”. En un documento, los partidos Revolucionario Dominicano (PRD), Reformista Social Cristiano (PRSC), Revolucionario Moderno (PRM) y Alianza Por la Democracia (APD) se identificaron con el proyecto presentado por el senador José Rafael Vargas, porque fue el consensuado por representantes de las formaciones con representación legislativa. El ambiente no pinta despejado.
Escándalo balonmano
El escándalo que motivó la suspensión de la Federación de Balonmano de la Confederación Panamericana de la disciplina no acaba de aplacarse. La denuncia del entrenador del equipo, el cubano Félix Rodríguez, de que ha sido amenazado para que no hable de las violaciones ha levantado más polvo en torno al caso, que en honor a la verdad se ha manejado con mucho hermetismo.
Rodríguez, quien desde 2003 trabaja con equipos nacionales, denunció que fue excluido de la federación por desacuerdo con decisiones que comprometían la honradez de sus dirigentes y la integridad de la disciplina.
La federación fue suspendida por un escándalo de falsificación de documentos en beneficio de atletas. Al expresidente José Duval se le castigó con 10 años fuera de la disciplina, que después, ante la supuesta gravedad de las faltas cometidas, se aumentó a 15. Al margen del hermetismo del Comité Olímpico, las amenazas denunciadas por Rodríguez remueven el bochorno.
