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Realizan charla “Duarte: El Dominicano de mayor Estatura Moral”

<P>Realizan charla “Duarte: El Dominicano de mayor Estatura Moral”</P>

Paterson, New Jersey (EE.UU.).-De acuerdo a los conceptos emitidos por el historiador dominicano Héctor Luis Martínez, el ideal de la emancipación de la Patria se expreso sin pausa en las colonias españolas de América durante los primeros decenios del siglo XIX.

La emancipación fue inspirada en las elecciones de la guerra de independencia de los Estados Unidos, de la Revolución Francesa y las  complejidades y riqueza de análisis  de la revolución haitiana.

“Las oligarquías criollas de América en clara muestra de madurez política, manifestaron tanto en el espacio de la burocracia colonial como en el campo de la batalla, su determinación de formar parte del concierto de las naciones libres del mundo”.

Los pronunciamientos del historiador fueron hechos en el transcurso de una charla dictada en esta ciudad con motivo del Bicentenario del nacimiento del patricio Juan Pablo Duarte, organizada por el Cónsul  dominicano Félix Martínez en colaboración con la Casa de la Cultura de New Jersey.

En ese tiempo de oposición entre la dignidad y el oprobio, cuando en nuestra América solo se reservaba espacio para luchar por la libertad, nació Juan Pablo Duarte, el dominicano de mayor estatura moral y de los más grandes lauros de cuantas figuras públicas hemos tenidos en República Dominicana.

Nacido  en Santo domingo el  26 de enero de  1813, Juan Pablo Duarte se inició dese muy temprano en la formalidad de los estudios en la escuela de don Manuel Aybar, luego de las primeras lesiones recibidas de una domestica de apellido Montilla y de las orientaciones d recibidas por parte de varios clericós probablemente de la iglesia Santa Bárbara, donde fue bautizado.

Narro el historiador que las perspectivas educativas del padre de la patria, fueron más amplias a partir de   1828 con su breve paso por estados Unidos   , donde según su hermana Rosa Duarte continúo sus  estudios de inglés y geografía en calidad de alumno del docto Davis.

Durante su estadía en Europa bebió  el  patricio en la fuente de los aires de cambios que respiraba el viejo continente, su agudo sentido de observación le impedía mantenerse  al margen  de aquel ambiente revolucionario.

Así  como su inclinación por el mundo de la política le facilito el discernimiento para captar de los románticos, liberales y nacionalistas, los elementos requeridos para su regreso a Santo domingo trabajar sin descanso por la independencia del pueblo dominicano.

A su regreso al país, probablemente a finales 1832, Duarte debió sufrir el impacto del contraste que existía entre la ciudad de Santo Domingo, disminuida por el gobierno de ocupación de los haitianos desde hacía 10 años y su directa observación de la revolución democrático-burguesa que se consolidaba en España con el avance de los Liberales frente a los absolutista.

De ahí que integrado a las faenas comerciales de la familia, asistiera puntualmente a cuantas actividades sociales era invitado, con el doble fin de encontrarse con los suyos y de llevarles todavía en el ámbito de la discreción sus ideas en torno a la necesidad de la independencia.

En esos encuentros, Duarte logro interiorizar hasta estrechar nexos con los que en breve plazo serian sus más cercanos colaboradores.

Sus relaciones primarias basadas en la amistad y en sus nexos familiares, le permitieron seleccionar  a los fundadores de la Sociedad patriótica  la Trinitaria, fecunda semilla de la fundación de la república, su estructuración en pequeñas células de tres personas, llamados “Iniciados”.

La formación de la Trinitaria permite situar a Duarte, como el más  hábil y de mayor tacto político de su tiempo, dueño de una capacidad de síntesis ejemplar, reseñó el historiador y Director de la Academia y Geografía de la República Dominicana.

 

 

 

 

 

 

 

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