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Rectas duras y pegadas

<P>Rectas duras y pegadas</P>

El torneo de baloncesto superior del Distrito Nacional arrancó con una dirección de la asociación distrital cargada de buenas intenciones y bríos, para tratar de devolverle parte del esplendor perdido.

Para nadie es un secreto que factores diversos incidieron en el derrumbe del que fuera el principal certamen de baloncesto en el país,

sobre todo la ineptitud de una dirigencia que ha sido incapaz de desarrollar un plan junto a los clubes afiliados para 

devolverle la credibilidad a la justa de cara al empresariado, la prensa y la fanaticada.

Por eso la actual directiva de la Abadina, con el profesor Ramón Rodríguez a la cabeza, tienen una difícil misión

de reingeniería tendente a fortalecer el torneo, haciendo una justa con un buen nivel técnico que genere el interés del gran público.

Pero para lograrlo deben contar con el apoyo firme de los clubes participantes, obligados a dejar atrás el despropósito de apostar al fracaso con la creencia que le hacen daño a la Abadina, que comprendan que si fracasa el torneo, fracasaran todos.

El torneo tiene a su favor el éxito incuestionable que tuvo el torneo Sub-25, que finalizó recientemente con un gran respaldo del público, que satisfecho, sorprendió con la gran asistencia de la jornada final efectuado en el palacio de los deportes Virgilio Travieso Soto.

Algunos tienen sus reservas sobre los resultados que pueda arrojar desarrollar la serie regular en el club Mauricio Báez, sin embargo, creo que es uno de los factores positivos porque garantiza jornadas con buenas asistencias, ingrediente de motivacional que estimula el rendimiento de los atletas.

La Federación Dominicana de Baloncesto, Fedombal, como máximo organismo rector de la actividad a nivel nacional, está prácticamente en la obligación de aportar en este proceso de recuperación del torneo distrital, que es su afiliado, no un negocio privado, por que la gran población de la capital lo necesita como opción de esparcimiento.

El futuro inmediato del certamen dependerá de cómo termine el actual, lo que hace necesario un esfuerzo mancomunado de todos los actores que intervienen, dígase Abadina, los clubes y Fedombal, porque de lo contrario, si impera

la mala fe, la mediocridad, el revanchismo y la negatividad terminarán colocando el punto final al epitafio del basket superior distrital.

 El momento requiere del sacrificio y la entrega de sus mejores dirigentes para lograr el resurgir de la actividad, que sólo se pueden

materializar si invierten sus fuerzas en una misma dirección.

El Nacional

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