Luis Rodríguez Olmo, con su calma inusual en un jugador de béisbol, sus atrapadas “de canasta” a la altura del cinturón, que estrenó el inmenso Yankee Clipper, Joe DiMaggio, y su gran clase como deportista y caballero, falleció este 28 de abril en su natal Puerto Rico, 97 años, víctima igual que su esposa Tita, de la pandemia del alzheimer.

Imborrable en la memoria de quienes presenciamos y gozamos la pelota profesional rentada en su renacer en l95l, luego del colapso económico de la insuperable de l937, Luis Rodríguez Olmo no sólo fue un artista del fildeo, sino un excelente slugger, líder de bateo con 344 en el campeonato criollo de l952 en el que la Cuyaya cibaeña se alzó con el trapo de la justa.

¡Ay!, era el final de los tiempos del béisbol romántico, que se practicaba por el goce de la competencia, en lo que el destacado cronista cubano Eladio Secades definió como °la feria del músculo °, intitulando su columna deportiva.

Era la etapa luminosa de los grandes astros del parque de béisbol, además de Luis Rodríguez Olmo, de Su Majestad Azul Alonzo Perry que con Bert Hass, conformaron el terror de los pitchters y por eso el recordado y talentoso periodista deportivo Félix Acosta Núñez (El Chivo), denominó Los Tanques.

¡“Ahí vienen los Tanques!”, anunciaba Félix Acosta Núñez, y el serpentinero se ponía como el mote del periodista, chivo, y la valla se levantaba de sus asientos como impulsada por un resorte emocional inefable, observando, en ascuas, la tanda tres, cuatro y cinco en el roster de los bengaleses, en un mundo de emociones no apto para cardíacos, como definía las encrucijadas enervantes en el parque de pelota el as narrador deportivo cubano Rafael Rubí.

Era la odisea grandiosa de un béisbol de gran calado emocional y profesional donde desfilaron luminarias como Juan Esteban Vargas (Tetelo, El Gamo), los hermanos Horacio, Aquiles y Julito Martínez; los hermanos Diómedes (Guayubín) y Chichí Olivo; Tiant Tineo; Alejandro Crespo; Luis Villodas; Charlie Templeton; Fred Kipp: Perucho Formental; Terry MacDuffie (La hit no gana juego); Alcibíades Colón (El Arrocero de Mao): Guillermo Vento; Emilio Cueche; Gachito Morales, y el más superbo de todos, Juan Marichal, el grandioso Manico, y muchos más, pero el espacio es corto.

“¡Ahí vienen los Tanques!”, y con el slogan, la memoria de los grandes de la pelota romántica de verano dominicana, y en el roster luminoso, Luis Rodríguez Olmo y su estilo de canasta para apagar las estrellas voladoras en el parque de béisbol.