Opinión

Salud: show y remiendos

Salud: show y remiendos

De manera espectacular, como acostumbra la cúpula morada, se ha dado apertura a un show en torno a la crisis estructural del sistema de salud, sacrificando subalternos e improvisando remiendos, acompañados de nuevas designaciones “bonsai”.

Los catorce años de pésima gestión en ese campo no le dan vergüenza. Las cuestiones medulares son silenciadas.

Desde el gobierno nada se dice del auge de la salud como negocio; menos se plantea desprivatizar los hospitales privatizados bajo el eufemismo de una “autogestión” pagada por los usuarios a partir de la usurpación de una gran inversión estatal con dinero de los/as contribuyentes. Tampoco se asume revertir los grandes negocios privados montados dentro de un sistema de seguridad social y de pensiones de puro corte neoliberal.

La gran estafa de las ARS privadas permanece intocada e impune. Igual pasa con las injustificables asignaciones presupuestarias -muy superiores a las que se destinan a los hospitales de los/as empobrecidos/as – a entidades de salud que operan como negocios privados.

El clientelismo succiona los precarios presupuestos hospitalarios. Las mafias copan aparatos administrativos y áreas de suministros. Las deudas sobrevaluadas y los desabastecimientos acogotan el sistema, y el personal médico y de enfermería es sometido a deplorables condiciones de trabajo y de vida.

Así, el capital privado se traga lo social y lo público en materia de salud. Pero eso no les importa a los jefes de la dictadura morada, como no les importó a los cohollos blancos y colorados.

En lugar de elevar al 5% el presupuesto de salud, se recurre a otros “showcitos” electorales como los escenificados por el jefe de los “Honorables Diputados”; sin tocar privilegios mayores, exenciones multimillonarias a corporaciones, estafas eléctricas y no eléctricas, entidades estatales superpuestas, nóminas clientelistas, sobornos a partidos corrompidos, asignaciones a entidades privadas; sin alterar el presupuesto discrecional de la Presidencia, la voluminosa asignación al innecesario Despacho de la “Primera Dama”, el clientelismo en el gabinete social y su convivencia con las ambiciones de la Vice-presidenta, los enormes gastos en publicidad, la recuperación de lo robado…

Nada de eso. Solo remiendos de corto impacto y costosos trucos mediáticos.

De transformación, de instalación de un gran sistema nacional de carácter social, que integre armoniosamente servicios de prevención, atención primaria, programas curativos de amplia cobertura, atenciones especializadas y programas de docencia e investigación… de dignificar la fuerza de trabajo y humanizar la atención… de atacar a fondo el degradado negocio privado…no se habla ni un chin.

El Nacional

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