Pocas personas recuerdan a Sánchez en el día de su ejecución, el 4 de julio de 1861.
Nacido el 9 de marzo del año 1817, en la calle El Tapado, posteriormente San José, hoy 19 de Marzo, casa número 15, Francisco del Rosario Sánchez, Padre de la Patria, en cuyo aniversario, volvieron a repetirse, lamentablemente escasas manifestaciones del fervor y la admiración permanente, que, cual deuda de gratitud, contrajo la nación con este paladín.
Expuso su vida tantas veces, exilio, prisión, la injuria de adversario y el suplicio que precedieron a su trágica y desventurada muerte.
Natural mente, varias instituciones educativas, culturales y sociales, depositaron ofrendas en el Altar de la Patria, destacándose, como de costumbre, el licenciado Luis De León, subsecretario de Educación y gran conocedor de la historia.
Preciso es crear mayor conciencia sobre la estatura y obra de Francisco Del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella, dándolo a conocer al país, quienes junto a Juan Pablo Duarte, representan la excelsitud nacional y el heroísmo inmaculado, así como Tomas De La Concha, al igual que rendir culto a Pedro Alejandrino Pina y a tantos héroes olvidados.
Sánchez es sempiterno, y refiero opiniones de Eugenio María De Hostos: “eran dos seres diferentes, pero eran dos hombres que se completaban. El uno, Duarte el hombre de pensamiento y de organización, el otro Sánchez, el hombre de impulso y de pasión, lo que el primero vio antes que nadie, el segundo lo dio por hecho antes que nadie”.
Cuando Duarte no encontraba más que obstáculos para volver a la Patria redimida, Sánchez no encontraba más que verdugos donde él había sido redentor.
El eximio de la moral, don Américo Lugo. escribió: “Abogado y escritor Francisco del Rosario Sánchez, fue en verdad uno de los dominicanos más instruidos y uno de los más señalados intelectuales de su época, su personalidad tiene a cada paso rasgos geniales, absolutamente geniales son las resoluciones supremas que hacen de él la una, el creador de la República, la otra, el más glorioso mártir de la historia de América”.
Perseguido en su adolescencia por sus ideales revolucionarios, la madre de Tomas De la Concha, Francisca López, le hace precisiones a Sánchez para él tener su casa como escondite, Expresa: “desde el día que entraste a esta casa, sabíamos del peligro que mis hijos y yo corríamos, no es verdad lo que alguien dice”, y en ese momento, Sánchez abraza a la egregia matrona, y muy emocionado exclamó: ¡De hoy en adelante podré continuar mí labor revolucionaria hasta conseguir el triunfo o morir en la demanda!
Lanzamos la idea a ciudadanos y ciudadanas, entidades, a los fines de la creación de un instituto o academia que ostente tan ilustre nombre, así a los mencionados sectores de la hidalga Santiago de los Caballeros, realizar dicha iniciativa con el sagrado nombre de Ramón Matías Mella, que sirvan de museo y la divulgación de la patriótica obra de esto forjadores, junto a Duarte de nuestra nacionalidad. ¡Loor! A Sánchez en su nacimiento y sus vibrantes palabras, si la maledicencia buscare pretexto de mancillar mi conducta, respondéis diciendo en alta voz que yo soy la Bandera Nacional.
Sánchez murió envuelto en la enseña tricolor y como no podía ponerse de pie un joven le ayudo a colocarse la bandera. San Juan de la Maguana es el único pueblo que conmemora el día de su muerte.
