El patrimonio cultural y arquitectónico de una ciudad es un legado tangible e intangible, un tesoro no medible en pulgadas ni en racionalidades previsibles, cuya enajenación o ausencia contiene un costo histórico, social y espiritual invaluable.

Durante años se ha debatido el problema de estas pérdidas en Santiago sin adicionar el hecho de que las viviendas de madera, por ejemplo, constituyen una protección antisísmica.

No hay edificación claramente segura, por más tecnología moderna que se le adicione, para un terremoto de 8.1 como el que ocurrió en el Cibao en 1946.

No hubo mayores pérdidas humanas en esa fecha justamente por la sobreabundancia de la madera, entonces protectora.

El panorama actual es exactamente opuesto: hay muchos edificios de bloques y cemento y los hay sin haberse aplicado las normas mínimas requeridas de construcción, como revelan diferentes investigaciones.

Cada vez hay menos casas de maderas: frescas, capaces de producir menos víctimas en un desplome estructural.

No hay en realidad viviendas ni estructuras ansitísmicas en abundancia en el Cibao entero.

Y esa es precisamente la mayor debilidad de Santiago, presuntamente protegida contra los ciclones, si se descarta el manejo inadecuado, por realizarse su desagüe a último momento, en dos ocasiones, de la presa de Tavera, con el costo en vidas y en cosechas, incluido.

Esa falla denota claramente que no se aprendieron las lecciones que deja todo desastre de la magnitud de un terremoto como el de ese agosto que aún recordarlo por quienes lo vivieron les trae cierta conmoción.

Del problema de la pérdida del patrimonio arquitectónico de Santiago se ocupa un informe que cubre los últimos veinte años.

Afirma que la pervivencia de esas edificaciones se vuelve más difícil por los procesos de sustitución por nuevos usos a los cuales están sometidos.

El informe-anexo a otro sobre la situación de las viviendas en el área urbana de Santiago- pertenece al Plan Estratégico de esa ciudad Santiago 2020.

En los últimos 20 años hubo una pérdida del 40 por ciento de los edificios de valor patrimonial del Centreo Histórico, revela.

Precisa que de un total de 687 inmuebles que presentaban estas características en 1989 se pasó a 412 en el 2009.

Esto representó una pérdida neta de 275 edificaciones.

Advierte que si se continúa con esta tendencia se estima que para el 2019 se producirá una reducción del 30 por ciento más por el estado crítico en que se encuentran actualmente 123 edificaciones, predominantemente viviendas.

Significa esto que de 412 estructuras de este tipo, de valor patrimonial, se pasará a 289.

Otro problema que deja ver el informe es que independientemente de la opción adoptada por los propietarios de estos inmuebles, la protección del patrimonio arquitectónico se ve limitada por la desactualización de la catalogación de los mismos.

Y precisa que si no hay un inventario sobre los edificios a ser preservados y-o rehabilitados es muy difícil asegurar su protección.

Detalla que la dirección regional de Patrimonio Monumental ha iniciado ese proceso, estimándose un levantamiento de información de aproximadamente un 30 por ciento de las obras de ese valor.

Pero denota que ese trabajo se realiza muy lentamente.

Un Apunte

La previsión

El informe levantado advierte que si se continúa con esta tendencia se estima que para el 2019 se producirá una reducción del 30 por ciento más por el estado crítico en que se encuentran actualmente 123 edificaciones, predominantemente viviendas.

EN NÚMERO

289

Monumentos

Será el número de expresiones arquitectónicas que se espera haya en Santiago para los próximos 20 años.