Opinión

¿Se llama consenso la orden de Washington?

¿Se llama consenso la orden de Washington?

Cuando el presidente Juan Manuel Santos, dice que no logró consenso para invitar a Cuba a la VI Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en Colombia en abril, le pone un sobrenombre simpático a la orden de Washington. El 1 de marzo, Hillary Clinton, secretaria de Estado USA;  les dijo a los congresistas Ileana Ross y  Bill Johnson que “no hay intención de invitar a Cuba”. Luego, en Honduras, habló el vicepresidente  Joe Biden: “Cuba no asistirá”. ¡Esos son los exponentes de la democracia y ese es el consenso!

Como respetuoso y cordial calificó el canciller cubano Bruno Rodríguez el tono con que Santos dijo en La Habana (hace 4 días) que no halló consenso para invitar a Cuba.

Pero Juan Manuel Santos obedece a sus amos. Durante el gobierno del hoy impresentable Álvaro Uribe Vélez, impulsó el proyecto neoliberal como ministro de Economía y se convirtió en agresor consumado siendo ministro de  Defensa. 

Hay que destacar que en la presente coyuntura se torna más visible la importancia de organismos como el ALBA y la CELAC, que resultan de los esfuerzos de integración y de la lucha por la  soberanía. Otra América es posible, y es muy necesario el avance político.

La VI Cumbre de las Américas será la primera de esa denominación  después de junio  2009, cuando la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, OEA, revocó la resolución VI, que excluyó a Cuba del Sistema Interamericano. La expulsión fue dispuesta en enero de 1962 en la VIII Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, en Punta del Este, Uruguay.

 Estados Unidos aceptó la reintegración de Cuba (que se negó a regresar al seno de la OEA) porque no pudo sostener esa situación, anacrónica e indignante. Sin embargo, mantiene el bloqueo e impide que Cuba sea invitada a la cumbre.

 Es  larga la lista de anacronismos: existe aún la OEA, y es manipulada desde Norteamérica. Santos sonríe ante Hugo Chávez y Raúl Castro, para repetir lo que  habían dicho Clinton y  Biden… Otra vez, los amos exhiben su prepotencia y el siervo posa de frente, dibuja una sonrisa y  trata de  ocultar la cola… pero se ve la soga en su cuello…

El Nacional

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