Opinión

Ser o no ser soberano…

Ser o no ser soberano…

En mi artículo pasado abordé los bonos subordinados del Banco de Reservas, y detallé por qué legalmente  no son deuda pública. Sin embargo, debo reconocer que el sustento del argumento de algunos economistas es más práctico que legal, bajo la afirmación de que, en el hipotético caso que el Banco no sea capaz de pagar, la deuda sería cubierta por el Estado. Esto supone algo mayor que las connotaciones legales, y ataca la esencia de la relación entre el Estado y el sistema financiero.

El planteamiento es que, en un escenario donde el Banreservas no pueda responder a la deuda subordinada emitida, el Estado rescataría al Banco y enfrentaría la deuda indistintamente de las disposiciones legales respecto de ello. ¿Por qué el Estado haría eso? ¿Por la importancia para el mismo Estado del Banco de Reservas, o por la importancia sistémica de esa entidad? Yo me atrevería a decir que se haría por algo de la primera, pero mucho más por la segunda.

Hoy el Grupo Reservas representa una parte significativa del sistema financiero, y sus obligaciones alcanzan alrededor del 10% del PIB. En base a ello, un rescate, si fuera necesario, es probable. Sin embargo, existen 4 grupos financieros privados con participación importante en el sistema, y cuyo colapso pudiera provocar una reacción estatal no muy distinta.        

A diciembre 2012, hay unos $622,360 millones en pasivos, de manera no consolidada, concentrados en los 5 bancos más importantes (por su tamaño y por su interconexión con los seguros, pensiones, el mercado de valores y otros bancos). Es probable que el “tambaleo” de cualquiera de estos movilice una acción del Estado para usar la “bazooka” que le regaló la Ley de Riesgo Sistémico para proteger a los acreedores, estatizando las deudas en riesgo. Esto nos pondría en “el escenario irlandés”.

Si la premisa de un eventual (aunque remoto) rescate justifica la denominación de su deuda como soberana, lo mismo aplicaría para las demás entidades sistémicamente importantes. A pesar de que insisto en que es incorrecto considerar la deuda de Banreservas o de cualquier entidad sistémicamente importante como deuda soberana, considero el ejercicio teórico de asumir “el escenario irlandés” sumamente interesante.

El  problema de los “too big to fail” no ha sido adecuadamente abordado por las legislaciones en materia de regulación financiera, y su solución definitiva luce cada vez más distante, siendo la repetición de un “escenario irlandés” aún muy probable. Aunque comparativamente el sistema financiero de República Dominicana ni se acerca al existente en Irlanda al momento de estallar la crisis, nunca será temprano para prepararnos y considerar nuestras alternativas en el caso de que no solamente la deuda subordinada del Banreservas se convierta en soberana, sino que las deudas de cualquier entidad financiera pública o privada lo hagan. El problema sigue siendo el mismo: las pérdidas van a ir por cuenta de los contribuyentes, aunque las ganancias estuvieran en manos privadas.

El Nacional

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