Opinión

Sí, pero no

Sí, pero no

En el ejercicio del derecho existen los denominados elementos controvertidos y los no controvertidos. Los primeros son aquellas circunstancias que son cuestionadas por una o más de las partes involucradas en un proceso. Sobre ellas no hay acuerdo, constituyen las bases sobre las cuales se suscita el litigio. Determinar a quien le asiste la razón y la legalidad sobre esos elementos, es la tarea de los jueces. Son casos en que hay que determinar sobre quien recae la responsabilidad, quien debe asumir indemnizaciones, ofrecer garantías.

En cambio, los hechos no controvertidos están representados por puntos en que no existen diferencias entre las partes. Sobre ellos hay consenso, no se discuten, se admiten, se reconocen como buenos y válidos, como incuestionables. Un accidente que haya ocurrido, un homicidio, un robo, una póliza emitida.

En el caso que vincula a la empresa Odebrecht, podemos hacer un listado de elementos sobre los cuales no debe haber controversia porque incluso son hechos admitidos por sus representantes calificados, muchos de los cuales han arribado a acuerdos con autoridades judiciales en procura de exención o disminución de responsabilidad penal. Serían elementos no controvertidos.

Podemos citar algunos de ellos. La creación de una estructura mafiosa que ofrecía asistencia técnica a candidatos presidenciales con amplias posibilidades de ganar; el pago de esas asesorías estaba a cargo de la empresa constructora; la condición para ofrecer esas asistencias era el otorgamiento posterior de obras a través de licitaciones amañadas; el pago de sobornos a personas públicas y privadas decisivas en el otorgamiento o implementación de obras; las edificaciones eran groseramente sobrevaluadas para cubrir los costos de las asesorías y de los sobornos y que se produjera rentabilidad; se conformó a lo interno de la empresa un departamento con la finalidad de manejar a nivel internacional esa estructura mafiosa; la sede de esa dependencia se estableció en Santo Domingo a partir de las ventajas de diversa naturaleza que ofrecía este país.

No me parece que de actuarse con honestidad se pueda negar la veracidad de ese listado de inconductas, admitir las cuales sería tan lógico como decir que aquél que tiene 4 patas, pelos y ladra, obviamente es un perro.

No obstante el no cuestionamiento de esas variables, se nos pretende convencer de que el parámetro de funcionamiento de esa estructura delincuencial no se manifestó aquí en toda la dimensión de sus actividades ilícitas. Algo así como responder Sí, pero No.

El Nacional

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