Deportes

Siempre con la verdad

Siempre con la verdad

Ramón Rodríguez

El renacer del deporte
Cuando hablamos de renacer, nos remontamos de manera automática
al fenómeno del Renacimiento, hecho histórico que marcó la languidez de la edad media, y estableció una nueva era en nuestra vida occidental.

Así como el renacimiento necesitó el empuje del humanista italiano Francisco Petrarca, el deporte nacional, que no escapa a las grandes transformaciones que ocurren en el mundo en los aspectos de organización, orden y transparencia, necesitará la intervención directa y enérgica de sus dos máximos líderes: Danilo Díaz y Luisin Mejia.

He dicho y reitero que con la llegada de Danilo Díaz al Ministerio de Deportes, se abrió un espacio al diálogo que ha facilitado grandes  logros en muy poco tiempo, pero pienso, que ya llegó el momento, en que el deporte nacional logre un salto en el aspecto cualitativo, legitimado en una Política de Estado, que fortalezca todas las estructuras del deporte nacional.

Estoy claro en que ambos líderes perderían
un poco de popularidad, pero ninguno de los dos puede estar ajeno a que el mundo de hoy exige que los conglomerados humanos se dirijan en base a una corriente de pensamiento, que nos permita “direccionar” todo nuestro potencial de acuerdo a nuestros recursos y nuestras capacidades humanas.
Ésto exigirá algunas
medidas disciplinarias,
pero los cambios traen consigo sacrificio.

El renacer al que yo aspiro ya tiene la zapata creada en torno a la confianza que ha generado Danilo Díaz y al fortalecimiento del liderazgo  de Luisín Mejía, con su segura elección como miembro del Comité Olímpico Internacional (COI). Ahora bien, se requiere con carácter de urgencia un nuevo orden en el sistema federativo. No podemos dejar de asumir un juicio crítico, con actitudes de presidentes  de federaciones que manejan sumas millonarias que superan los 100 millones de pesos y se niegan a ser transparentes,  y otros que manejan las federaciones en permanentes francachelas como si fueran de su propiedad.

Ya han pasado más de 40 años, que el canadiense Marshall McLuhan nos enseñó que éramos una aldea global. No hay forma de detener el flujo  de las informaciones. No hay manera de ocultar nuestras acciones públicas y en tal sentido, algunos de nuestros dirigentes federados, hay que obligarlos a ser transparentes y tolerantes en algunos casos.

El resurgir de un Movimiento Deportivo Sólido y creíble está en estos momentos en mano de sus dos grandes representantes: el ministro de Deportes, Danilo Díaz y el presidente del Comité Olímpico Dominicano, Luisín Mejía. Ellos tienen la responsabilidad histórica de definir estrategias que nos permitan planificar para establecer qué seremos en materia de deportes en los próximos 30 años. Manos a la obra.

El Nacional

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