Terrible cuando un país necesita la guerra para distraer de sus asuntos internos, como ha demostrado España con sus amaracos con la Isla de Gibraltar, en un momento en que quieren llevar a juicio a la hija del rey por presunta complicidad con el marido en una estafa al Estado, y a Rajoy, quien tanto criticó a los socialistas, por la misma razón. Cuando subía el clamor popular para que se les llevara a juicio se desengavetó el viejo conflicto con Haití, digo, entre Inglaterra y España, y ¡zas! los medios se prestaron al juego. Por suerte, no muchos españoles se han tragado esa manipulación. Ahora estamos bregando con lo mismo en la segunda capital de la República Dominicana: Nueva York, y es Siria la causa de la ofensiva mediática.
Mirando el agua caer, en lo que será el monumento a las víctimas de las Torres Gemelas, me pregunté qué ha pasado en esta gran nación para que haya perdido su rumbo y siga insistiendo en resolver sus problemas económicos vía guerras que producen billones de dólares para los productores de armas, pero embarcan al país en una deuda sin límites que amenaza con arrastrar al país a un colapso sin remedio.
Actualmente los Estados Unidos cogen prestados 36 centavos de cada dólar que gastan. Para el 2020, su deuda externa alcanzara la cifra de 60.3 trillones de dólares de los cuales pagan entre 362 y 450 billones solo de intereses. Esto quiere decir que la deuda de los Estados Unidos es mayor que el valor de todo el país.
Para subsanar esa deuda la Reserva Federal, algo así como el Banco Central, ha comprado 61% de la deuda del gobierno, convirtiéndose en su segundo acreedor. El problema es que monetarizar la deuda, un eufemismo para imprimir más dólares, sin producir valores reales a partir de un aumento real de la producción, agrava el problema, por lo que ahora se plantean utilizar los fondos de seguro social de los y las trabajadores.
Algo para poner las barbas en remojo, ¿no creen?
