Opinión

Solidaridad dominicana

Solidaridad dominicana

El Gobierno dominicano dispuso la entrega de alimentos (crudos y cocidos), colchones, frazadas, mosquiteros y materiales de construcción al hermano pueblo haitiano, devastado por el paso del huracán Matthew, dejando centenares de personas muertas, millares de damnificados y millonarias pérdidas materiales.

La República Dominicana exhibe una vez más su presencia solidaria ante la tragedia haitiana. Ya antes, con motivo del terremoto de 7.3 grados en la escala de Richter, ocurrido el 12 de enero de 2010, nuestro país confirmó su condición de hermano mayor del pueblo haitiano al aportar la más significativa ayuda de toda la comunidad internacional.

El Estado, en nombre del pueblo dominicano, merece el reconocimiento internacional ante su humanitario gesto. Ese tipo de ayuda oportuna Dios sabe multiplicarla. “Hemos venido a este mundo como hermano; caminemos, pues, dándonos la mano y uno delante de otro”, dijo William Shakespeare.

Las tragedias unifican, no dividen. Y con este nuevo aporte nuestro país se coloca por encima de los prejuicios —y hasta odios– que determinados segmentos en ambos lados de la isla han venido mostrando, por razones carentes de fundamento, pues estamos eternamente destinados a convivir como dos naciones que comparten una misma isla.

Haití, nuestro segundo socio comercial después de Estados Unidos, tiene una población sumida mayoritariamente en la pobreza extrema. Se estima que su Producto Interno Bruto es siete veces inferior al nuestro. Universalmente es normal, entre pueblos que hacen frontera, que los habitantes del menos pudiente se trasladen hacia al de mayor desarrollo en procura de mejoría económica.

Muchos dominicanos también han sabido establecerse en Estados Unidos y en países europeos muy lejanos, a los que no se llega cruzando un río a pie. A nadie se le ha ocurrido reprochar la conducta de esos compatriotas que con sus remesas hacen un valioso aporte a nuestra economía. Desde esa perspectiva tenemos que entender, aunque nos afecte, el problema migratorio haitiano.

Lo ideal sería que el pueblo haitiano pueda trillar su propio desarrollo, que pese a las tragedias naturales que le han afectado sepa levantarse de las cenizas y superar de una vez y para siempre las causas que le sumen en la pobreza. Mientras tanto, los dominicanos extendemos la mano amiga a Haití con la ayuda humanitaria que acabamos de enviar.

El Nacional

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