El presidente Danilo Medina proclamó ayer que los jugadores dominicanos al ganar el Clásico Mundial de Béisbol levantaron el el amor patrio.
El comentario lo hizo el primer mandatario al recibir la Copa que obtuvo el equipo nacional en el máximo evento beisbolero.
El presidente Medina, que lucía sonriente y de muy buen humor, conversó ampliamente y de varios temas relacionados con las incidencias del Clásico, especialmente con Moisés Alou, gerente general del conjunto, Robinson Canó, intermedista de los Yankees y los dirigentes federados, Héctor -Tito- Pereyra y Juan Núñez.
Canó viajó desde los campos de entrenamientos con un permiso de los Yankees para estar presente en la entrega de la Copa al primer mandatario.
Ese fue un buen gesto que recibió los elogios de los asistentes al despacho del Presidente, donde se efectuó el acto.
4:01
Los primeros en llegar al Palacio fueron Jaime David Fernández Mirabal, ministro de Deportes y su asistente especial, Juan -Piñao- Ortiz.
Hay que apurarse, el presidente es muy puntual, escuché decir a Jaime David cuando subía las escalinatas del Palacio. Eran las 3:58 y entraron al antedespacho a las 4:01.
Jaime David saludó efusivamente a Carlos Pared Pérez, asistente del Presidente Medina y al mayor general Adán Cáceres Silvestre.
Carlitos no esperó un segundo para elogiar al equipo del Escogido, al expresar que los principales relevistas del combinado dominicano, son de los Leones.
Danilo
El grupo de dirigentes y jugadores entraron al despacho de Medina a las 4:09. El presidente abrazó calurosamente a Robinson Canó y le dijo: Ustedes han hecho algo grande para el país. Me siento muy orgulloso de esa gran labor.
Y comentó que el país estaba concentrado en el Clásico.
Danilo Medina nunca dejó de sonreir y rompió el protocolo para familiarisarse en un ambiente de confraternidad. Y eso agradó mucho.
Tengo otros detalles muy interesantes del encuentro del Presidente con los héroes del Clásico, pero será en la próxima entrega cuando los daré a conocer.
Hasta mañana, si Dios
Dichosísimo aquel que corriendo por entre los escollos de la guerra, de la política y de las desgracias públicas, preserva su honor intacto.
Simón Bolívar
¡Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!
Fidel Castro
