El traslado desde sus casuchas de las mil 637 familias seleccionadas para habitar el proyecto “Nueva Barquita”, no sólo significa una cambio para ellos, sino también para la vida de los ríos Ozama e Isabela, ya que el área desocupada ha sido declarada zona protegida.
Para evitar que pase como en otras ocasiones que zonas desalojadas vuelven a ser habitadas, el trasladado se hace en grupo de 20 familias y de inmediato destruyen las casuchas.
El coordinador del proyecto, cuya inversión fue de 4 mil millones de pesos, Luis Miguel González Cuadra, dijo que el área de la Barquita Vieja será anezada al Cachón de la Rubia y por tanto pasará al control del Ministerio de Medio Ambiente.
Explicó que el Jardín Botánico estará a cargo de la reforestación del lugar y que se construirá un centro para educación agrícola y agroforestal.
La Nueva Barquita es un proyecto habitacional de 112 edificios para alojar a las 1,637 familias que viven en La Barquita, a orilla del río Ozama, debajo del puente que comunica a Los Mina con Sabana Perdida.
En el lugar ya están instaladas unas 20 familias, como parte de un plan piloto para ayudarlas en el proceso de transición, ya que tendrán que cambiar algunos de los hábitos de convivencia que tenían en el lugar anterior.
“El éxito del proyecto es que no hemos trabajado en lo particular, sino a nivel general, se hizo un censo para que las cosas quedaran bien”, dijo González, durante un recorrido con directores de medios de comunicación.
Las familias beneficiadas con apartamentos expresaron que ya no vivirán con el temor de ser arrastradas por el río Ozama, cuando el afluente se desborde en temporada de lluvias prolongadas.
Para el empresario José Luis Corripio, el cambio que experimentarán los residentes en La Barquita será notable, y confió en que el proyecto sea cuidado y valorado por los beneficiados.
“Es un cambio total, del cielo a la Tierra, lo importante es que lo sepan aprovechar y que no pase como en otros lugares, como ocurrió en Puerto Rico, donde un barrio más pequeño que este fue trasladado y después se arrabalizó por falta de mantenimiento, pero aquí creo que eso no ocurrirá”, confió el empresario.
Corripio participó en el recorrido en el que también estuvieron Bienvenido Alvarez Vega, director del diario Hoy; Persio Maldonado, de El Nuevo Diario; Osvaldo Santana, El Caribe; Adriano Miguel Tejada, Diario Libre, Juan Bolívar Díaz, Manuel Quiroz, Adalberto Grullón y José Antonio Torres.
El complejo constará de dos canchas para baloncesto, parques infantiles. un centro médico, oficina de la Fiscalía, destacamento policial y áreas infantiles, entre otras facilidades.
Será cuidado por un Patronato, que dirigirá un sacerdote y dirigentes comunitarios, de acuerdo al organigrama establecido, mientras cada familia pagará 500 pesos mensuales para el mantenimiento del entorno, agua potable y recogida de basura.
Dicho patronato llegó a un acuerdo con la empresa Distribuidora de Electricidad del Este (Edeeste), para que cada familia suscriba un contrato y se le asigne una tarifa cómoda.
Algunas personas expresaron que se sienten felices con su nuevo habitad, que, además, tendrá plantas de tratamiento de agua para evitar la contaminación del lugar.
Felidia Sánchez, quien se mudó a la Vieja Barquita en 1986, manifestó que se siente “muy contenta por esta obra y por estar entre los que serán reubicados”.
De su lado, Alexandra Borges, quien también residirá en el habitacional, dijo que se siente feliz por haber sido seleccionada.
El proceso de mudanza total tardará entre tres y cuatro meses.
