Opinión

Todos contra Hipólito

Todos contra Hipólito

Otra vez “los compadres”, algunos “amigos”, colaboradores y ex colaboradores, ex ministros y hasta ex generales, periodistas y abogados, parecen ponerse de acuerdo en una conjura para impedir que Hipólito Mejía pueda ser candidato presidencial por el Partido Revolucionario Moderno (¿?) recurriendo a elementos malsanos que en nada contribuyen con la unidad y el fortalecimiento de esa organización política.

Es una trama donde se ha invertido mucho dinero y esfuerzo para desacreditar y maldecir a un líder natural que sólo ha tratado de armar un proyecto político idóneo para enfrentar al todopoderoso Partido de la Liberación Dominicana, dueño de todos los poderes del Estado y con una fortuna enorme, que utilizará para mantenerse en el gobierno.

El ex presidente Mejía no ha estado en campaña. Al contrario, el silencio ha caracterizado su actuación en los últimos meses. Considera –me lo ha dicho muchas veces- que no puede darse el lujo de crearle una crisis a un partido que no ha nacido. “Que lo hagan otros, no yo. Mi responsabilidad es mayor que la de los demás”, sostiene.

En ese sentido ha trabajado como el que más por la unidad y la cohesión del PRM dejando atrás las aspiraciones de los suyos, como la de César Cedeño, por ejemplo, que buscaba la secretaria general y desistió oyendo una petición que en tal sentido le hiciera Hipólito.

(Dije siempre, y lo repito, que fue un error escoger el partido de la familia Abinader y cambiarle el nombre, que era preferible hacer un partido nuevo saliendo a las calles a recolectar firmas y llenar todos los demás requisitos. Esa sería una acción de masas. Buscaríamos para el reconocimiento más de un millón de firmas. De ese modo el PRM nacía grande y fuerte. Pero no me hicieron caso y ahora pagan las consecuencias).

Hipólito juega limpio siempre. Nunca tiene cartas bajo la manga. Pero sus contrincantes no. Y suelen tener cartas bajo la manga o marcadas. Ahora le han tendido una conjura para que acepte un candidato presidencial al PRM mediante un “consenso” o a través de unas encuestas, que, lógicamente, no será él.

En esa trama irrespetuosa y abusiva hay gente que habla de valores y principios democráticos. Pero sus hechos los desmienten. Las cosas que dicen de Hipólito, quienes no deberían decirlas, resultan lastimosas, propias de ingratos. (Los “ingratos no tienen memoria). Gente muy cercana a Luis Abinader anda diciendo vociferando improperios y mentiras en contra del ex presidente, tanto en el país como en el extranjero, como si se tratara de “una línea” política.

Mientras todos se abalanzan contra Hipólito, éste, actúa serenamente y con moderación para no soltar los demonios y provocarle una crisis a un partido que ni siquiera tiene sus organismos. Prefiere no hacerle caso a los insultos de quienes no deberían, por respeto, por amistad y hasta por agradecimiento.

El Nacional

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