Semana

Trujillo

Trujillo

Merengue y clase social

(2 de 2)

En 1936, el dictador trajo el conjunto de Luis Alberti a Santo Domingo para que fuera su banda de baile personal. Rebautizada Orquesta Presidente Trujillo, la agrupación debía especializarse en merengue.
El merengue cibaeño nunca había sido interpretado en los salones de baile de la élite fuera del Cibao y los capitaleños de clase alta se escandalizaron al oírlo en fiesta.
El régimen exigió a todos los grupos de música bailable la inclusión del merengue en sus repertorios con acordeón-piano en el territorio dominicano. Una novedosa fusión de elementos estilísticos rústicos y sofisticados caracterizó la interpretación del merengue en los salones exclusivos. Trujillo Molina hizo del merengue “hasta la tambora” en el gusto popular del pueblo. ¡Lo impulsó con toda franqueza!
Luis Alberti coloreaba el merengue cibaeño tradicional con el jazzístico y agregaba tambora, güira y acordeón-piano. Así, la Súper Orquesta San José, auspiciada por uno de los hermanos del dictador, José Arismendy Trujillo, pronto fue la orquesta número uno del país. Conducida por Ramón Antonio Molina Pacheco (Papa Molina), tenía el cantante: José Tamárez Mateo (Joseíto Mateo), quien se le dio a conocer como “El Rey del Merengue”.
Varios miembros de la orquesta de los hermanos Vásquez, de Santiago, se trasladaron a la capital para incluirse en la Súper Orquesta San José, introduciéndole innovaciones de acordeón al segmento de saxofones, estilismo de jazz en la fusión del merengue cibaeño. Corazón y vínculo entre la música nacional con la cultura típica y la cosmopolita.
Dentro de una estética inspiracional típica, los ritmos del jaleo de saxofón en el merengue empalman la tambora, la güira y el movimiento de los pies de los bailadores, una combinación casi irresistible. Igualmente, el sonido más prominente en la percusión del merengue cibaeño es el redoble de la tambora.
Debo mencionar al orquestador y clarinetista Bienvenido Bustamente, que logró un estrellato en difundir el conocimiento y entusiasmo de nuestra música típica con aire del jazz.
El grupo de merengue cibaeño más conocido de la Era de Trujillo fue el Trío Reynoso; al acordeón y voz; güira de Domingo Reynoso y Francisco Esquea en la tambora. El perico ripiao nace en 1935 ó 1936, que fue cuando el merengue entró al pueblo, o sea, la esencia típica musical cibaeña.
“Cualquiera que sea la realidad, el merengue cibaeño, como el hispanismo, la blancura y el catolicismo, fueron ingredientes de la versión trujillista en el contexto nacional. El merengue fue importante en el culto del dictador por el nacionalismo y la exaltación de los valores hispanos.”
El trujillismo, en consecuencia, estimuló con ahincó la hispanofilia tradicional, y el sentimiento anti-haitianismo. Rafael Leónidas Trujillo Molina consideró la dominicanización de la frontera como un objetivo significativo en el desarrollo del pueblo dominicano.
En 1955 Trujillo Molina pronunció estas palabras “…recibí en 1930 un pueblo con débil conciencia de identidad; con el territorio aún indefinido, y hoy en día ofrezco a mis compatriotas un país cuyas fronteras han sido definitivamente demarcadas”.
Preciso que el merengue es la mezcla de música, cultura, sociedad e historia, identidad y baile. Dominicanidad en la más alta connotación del espíritu alegre en una traducción acertada de enriquecer y fortalecer el Caribe. Hilo conductor de Patria: Juan Pablo Duarte y Díez.
El autor es Dr. Ph.D., periodista, analista social y geopolítica.

El Nacional

La Voz de Todos