Opinión

Una opción nueva y fresca

Una opción nueva y fresca

Los directivos de la Marcha Verde son, en su mayoría, jóvenes profesionales de clase media y sin compromiso con el pasado. Aunque su lucha se focaliza en contra de la impunidad y la corrupción estoy entre los que abogan por el surgimiento, desde ese movimiento, de un candidato presidencial que se convierta en opción de poder en el proceso comicial del año 2020.

Con el enorme deterioro moral que atraviesa el gobernante Partido de la Liberación Dominicana las condiciones están dadas para el colapso definitivo de los denominados grandes partidos. El PRD es una entidad minúscula, favorecida con un 5% por una JCE desacreditada como la que presidió Roberto Rosario.

Los pocos dirigentes que quedan en el otrora glorioso no tienen otra motivación que su aparición en la nómina pública. Pero con la muerte súbita del PLD también muere el PRD como partido bisagra.

Lo saludable sería que el Movimiento Verde se lleve de paro también al PRM y demás aliados, como el PRSC, PQDC y vinchismo, pues todos tienen, de una u otra manera, cuota de responsabilidad con la corrupción y la impunidad.

Esa coalición aspira a ser beneficiaria final de la lucha del Movimiento Verde, cuando muchos de sus líderes reúnen méritos para ser judicialmente investigados, empezando por Hipólito Mejía y su contubernio político comercial con Danilo Medina desde el 2012.

El mensaje de concienciar a la población del Movimiento Verde no lo había enarbolado ninguna de las agrupaciones referidas más arriba, pues todas practican clientelismo y solo creen en el poder del dinero en campaña.

Luis Abinader fue quien escogió los candidatos congresuales y municipales del PRM y revisen la exagerada cuota que concedió al reformismo. ¿A qué diablos van los reformistas a los cargos? Todos sabemos.

Y personajes con el perfil de Blas Peralta, candidato a diputado por San Cristóbal, había muchos, pues lo único que vale es el dinero, sin importar el historial delictivo. El colmo fue la escogencia de tres candidatos senatoriales que públicamente decían que eran leonelistas, que de seguro, al igual que su líder, la corrupción para ellos es normal.

No creo que los jóvenes del Movimiento Verde sean santos ni tampoco lo será un eventual candidato presidencial, pero el momento aconseja una opción nueva y fresca, pues estamos cansados de las mismas vainas

El Nacional

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