Hasta hace unos años se tenía la creencia de que los denominados juguetes educativos eran aburridos y no gustaban a los niños.

El pobre concepto que afirmaba esto se apoyaba simplemente en que los juguetes son los que menos luces tienen y se ven quizás menos vistosos que los demás, cuando lo que en realidad se debe valorar es el beneficio que aportan tanto en la diversión como en las áreas de conocimiento y psicomotoras.

No son aburridos los juguetes educativos, si se manejan de la manera adecuada y se motiva a los niños a usarlos y descubrir sus mil maneras de generar en ellos la concentración y el sentido de la investigación.
Cada juego educativo, entre otros conceptos, pone la mente infantil a generar ideas, despertando el sentido y la emoción de descubrir la solución a un problema, que genera al final una gran satisfacción.

El secreto está en el inicio, en que los padres compartamos con los pequeños o adolescentes, la emoción de jugarlos juntos para descubrir las mejores maneras y así valorarlos más.

Los profesionales de la conducta afirman que estos juguetes son más relajantes que otros, y ayudan a potenciar la imaginación y la fantasía, cosa muy importante para los más pequeños de la casa.

Lo cierto es que un juguete ha de ser educativo y ayudarle a desarrollar destrezas que le ayudarán en su futura formación. No obstante, los padres deben ser conscientes a la hora de escoger un juguete para un bebé de que los juguetes están adaptados a la edad evolutiva de los bebés y de los niños.

EL DATO

Los mejores
Los mejores juguetes involucran los sentidos de los niños, despiertan su imaginación y además, les motivan para interactuar con los demás.