La siempre admirada Hannah Arendt, filósofa alemana y prominente intelectual del siglo veinte, participó como reportera en el juicio de Otto Adolf Eichmann, uno de los criminales nazis mas conocidos de la humanidad: odiado, execrable y repugnante. Arendt, en su archifamoso libro de ”Eichmann en Jerusalen’,’ planteò la atrevida tesis: ”la banalidad del mal”, con razonamientos lúcidos, de que detrás del juicio del confeso criminal, había de por medio mentiras políticas, que buscaban satisfacer la morbosidad judía.. La eminente autora de ” La condición Humana” recibió críticas de connotados cientistas, pero tuvo el valor de plantear su posición clara y contundente: Eichmann era culpable, pero se buscaba resarcir a los judíos con su muerte.
¿Y por qué recurro a Arendt? Primero como elemento didáctico para los jóvenes que no la conocen y porque su tesis de la ”banalidad del mal” encaja, guardando la distancia y los hechos, con el expresidente Fernández, quien enfrenta en estos momentos un plan fríamente calculado que busca asesinarlo moralmente, con fines que van más allá de un cuestionamiento sincero de sus compañeros de partido. Quienes han concebido la idea, parten de la premisa, de que con la no presentación de su candidatura, se salva el mismo ex presidente, el partido y se garantiza la continuidad del PLD. Obvian en su estado de obnubilaciòn sus enemigos internos, que existe una culpabilidad colectiva, a sabiendas, de que fue Leonel Fernàndez quien llevó el danilismo al Palacio Nacional, con acuerdos claros y definidos, de que la economía iba a resultar muy afectada, como en efecto y el presidente Danilo no puede alegar ignorancia.
La redifiniciòn de los espacios grupales en el partido oficial, desde ya afecta la gobernabilidad. Los hechos no dependerán de los deseos de Leonel ni de Danilo, sino de élites muy poderosas.
La efectividad del plan para eliminar moralmente a presidente del PLD, dependerá de la respuesta pragmática del leonelismo. Siendo Fernàndez un animal político en el concepto aristotélico, la contraofensiva será de grupo.
La reelección goza de apoyo popular. Danilo seria imbatible, pero para cruzar la reforma constitucional, necesitaría el apoyo de la oposición que ya fijó posición contraria y la fuerza interna del leonelismo, que consta de 17 senadores y más de 60 diputados.
Hay dos cosas inocultables: es obvio que el presidente Medina está informado de todo, y la lucha a muerte no es para formar una nueva sociedad, ni completar la obra de Duarte como lo soñó Juan Bosch, sino, por asunto de hegemonía, jefatura, y control para distribuir los beneficios del poder. (6)
